Y no es para menos, la verdad, porque lo de estos políticos locales, que no resuelven los problemas de su casa para ocuparse de los del mundo, hilaridad es lo que provocan, por no llorar, claro. Así, no sorprende que el escritor Arturo Pérez-Reverte, que siempre está al quite de lo que ocurre en la calle, se haya hecho eco del Pleno del Ayuntamiento de Burgos que tuvo lugar el pasado jueves. La mofa la comparte en sus redes sociales: “El pleno del ayuntamiento de Burgos ha aprobado una propuesta para abolir las armas nucleares (imagino que en Burgos). Bien por ellos. Ya era hora de que alguien hiciese algo serio al respecto.”
Lo de Burgos de hoy, ¿Qué diría el Cid? ¿Qué, la hermosa Catedral?, esta excéntrica declaración, no es que sea una excepción en esta tierra de políticos sacados de la partidocracia sino que son distintos políticos de andar por casa los que nos recetan fórmulas para un mundo mejor, eso sí, sin que a ellos les afecte no arreglar el malestar casero. Abolir las armas nucleares la abolimos todos los que no las tenemos, que por algo no las tenemos, pero aquí habría que ver también si la declaración la mantendrían si de un arma nuclear dependieran sus puestos con prebendas, porque ahí, ahí ya me entran dudas a mí que no utilizaran lo que no está escrito con tal de seguir en el poder. Es lo que nos han proyectado sus costumbres y formas de entender la democracia ¿Que se lo preguntes a Sánchez si se puede o no hacer lo contrario a lo que se dice, en función del puesto que se ocupa.