Las palanganeras eran viejas prostitutas retiradas que en los sórdidos burdeles de hace años lavaban o aportaban los útiles de lavado a los clientes antes o después del acto carnal. Los mamporreros dirigían el casi siempre voluminoso miembro del semental hacia su lugar de acoplamiento. Unos y otras prestaban sus necesarios servicios en los acoplamientos mercenarios o en las coyundas complicadas. Palanganera, no es palabra registrada en el Diccionario de la Real Academia, tampoco en el María Moliner aunque si figura en los glosarios del español coloquial. Mamporrero, si, pero limita su significado al que ayuda al miembro del caballo.
Hoy, supongo, ya no hay palanganeras y la palangana ha perdido los sórdidos usos que tenía en los desaparecidos burdeles. Los puticlubs ofrecen hoy tecnologías higiénicas más avanzadas pero el progreso de los mamporreros no va más allá del uso de guantes de latex. Hay manualidades que se resisten a la tecnología aunque siempre queda el recurso de la inseminación artificial que es una manualidad más alambicada.
La sordidez de la palanganera, ya que no su antigua función, es hoy cosa política pues es en los “obscenarios” de los burdeles financieros contemporáneos, donde con la ayuda de los mamporreros mediarán en las coyundas político-financieras de la evasión, el fraude, la estafa, el expolio, los enormes salarios y el robo que irán seguidos de un “lavado” de dinero negro y de un “lavado de manos”. Las neo-palanganeras o neo-palanganeros tienen ahí su función con la misma sordidez de los viejos burdeles y eso si, menor dignidad.
Yo los castigaría, además de la cárcel y la devolución del dinero robado, a ejercer sus obscenos oficios a la manera antigua, sin guantes. ..Indefinidamente… A fin de cuentas, es cosa de “ayuntamientos”.