Estimado Moncho:
Bueno, pues parece que los extraterrestres existen, ha dicho la NASA, y si lo dice la NASA punto redondo. A la NASA le ha olido siempre a chamusquina este asunto de los extraterrestres y ahora, hoy mismo, ha confirmado su existencia aunque eso a nosotros no nos coge por sorpresa, nosotros ya nos habíamos dado cuenta sin necesidad de tantos cohetes y alharacas. Los extraterrícolas son gentes que han adoptado la forma humana aparente y viven entre nosotros y las moscas intentando conquistar el Mundo para llevárselo de regalo al rey en su lejano planeta de muchas lunas y muchos más poetas que aquí, por cada luna mil poetas aullándole. Como los extraterrestres han venido a la Tierra en viajes astrales que contravienen las leyes físicas de Newton, ya que de otro modo jamás podrían atravesar el Universo, cuando llegan a este Planeta Azul, para poder desplazarse en tres dimensiones le compran unos platillos volantes a una fábrica china de cerámica imitación estilo Ming y mientras no controlan los mandos se ponen a molestar por ahí a los aviones comerciales y militares en el triángulo de la Bermudas ( que ahora ya son un tanga) y a los campesinos de la selva guatemalteca que, de puritita hambre, intentan comérselos, pero están correosos. En México se dice que acá mesmito hay guardados unos cadáveres de extraterrestres que fallaron en el aterrizaje, escoñándose. El gobierno mexicano no los quiere enseñar a los científicos porque desconfía de los científicos, lo cual no es de extrañar, y tiene miedo de que se los roben y digan que son tan falsos como las calaveras de cristal. Fuentes fidedignas han filtrado la noticia de que estos cadáveres embalsamados tienen una nariz en forma de trompetilla y unos dedos gordezuelos que parecen setas del bosque. Quién sabe. Como los extraterrestres que han sobrevivido al aterrizaje y amerizaje adoptan la forma humana para camuflarse entre los millones de pobladores propietarios de este planeta, ahora ya no se sabe cuántos son aunque hay una serie de pistas que nos los pueden identificar para que los señalemos con el dedo. El CIS dice que son pocos, mal presagio. Estos indicios son, entre otros, que el uso de la Razón no es su método habitual de discernimiento ya que utilizando la Razón, que nos puede engañar con la Ley de la Gravitación Universal, no tendrían manera de volver a su lugar de origen, como mucho llegarían a la luna en un periodo más o menos corto, subidos unos encima de otros. Nada de razonamientos lógicos anticuados y retrógrados, y mucho de adaptación a las circunstancias momentáneas progresistas de la cuarta dimensión en el quebrantamiento del espacio-tiempo. Algunos que viven como dios ya no se quieren marchar y han escrito a casa para decir que se quedan de colonos esperando la visita del embajador imperial dentro de unos siglos para que de esa manera, cuando venga el diplomático estelar, no se sienta tan extraño entre tubos digestivos ambulantes esclavizados. No usan la Razón, no tienen un razonamiento coherente, no saben calcular PIB, ni deuda exterior, ni reparto equitativo, ni igualdad ante la Ley, eso está claro, utilizan la ley D’Hont para todo y les salen siempre unas cuentas más falsas que sus monedas galácticas devaluadas. Tampoco usan la Ética: en su planeta es una costumbre muy arraigada la de deshacerse de la conciencia, tanto la mala como la buena, a la hora de enfrentarse a dilemas morales: optan siempre por la propia conveniencia. Mienten como locos porque se han dado cuenta de que da igual, que los habitantes nativos tragan con todo o están sordos y andan a lo suyo, así que han decidido presentarse a las elecciones y se han apropiado de altos cargos políticos, empresariales, sindicales y eclesiásticos, a cuyos antiguos ocupantes se han comido en unas grandes cuchipandas secretas en Palacio. Por ejemplo, aquí en España, veintitantos ministros del Gobierno ya son extraterrestres completos puros, sin mezcla. De esa manera, utilizando sus herramientas ultra de pensamiento cuántico, se van apropiando de las instituciones de gobierno allí dónde han hecho aterrizar el platillo, que ya ha ascendido a plato, y se dedican a esclavizar a los indígenas con ideas falsas y contradicciones verdaderas. A tal efecto a estos indígenas les han regalado unos adminículos telefónicos para que anden todo el día inclinados para ver el mundo que tienen delante de los ojos a través de una pantallita iluminada. Los indígenas son ya unos animales quebrados y ciegos y sordos como topos. Algún extraterrestre, al que se ha descubierto intentando sodomizar a la criada con la antena de la oreja derecha, ha tenido que huir a Waterloo, dónde está muy solo y pasando frio comiendo mejillones en vinagreta de sidra, pero con la esperanza intacta de que su sacrificio sea reconocido por la Emperatriz de las Seis Zarpas y en pago por los servicios prestados lo nombre procónsul, a él, y senadores vitalicios con togas purpuradas y esmeraldas en la frente, a sus familiares cercanos que han quedado en el planeta de origen. En España estos veintitantos ministros son tan extraterrestres que ya se han puesto a procrear. Son ovíparos vegetarianos a tiempo completo, y a puerta cerrada practican la negociación interestelar con otros extraterrestres que viven del otro lado de la calle, en una mesa de negociación muy parecida a la de Jessica Lange y Jack Nicholson en “El cartero siempre llama dos veces”. De esa coyunda sexual marciana, a base de antenitas que se rozan, saldrá una puesta de huevos que después mandan a empollar a un convento benedictino subiacense. Los huevos se los lleva Prosegur. La NASA y la CIA han dicho que los extraterrestres que habitan entre nosotros son muy peligrosos y mucho más ahora que van tomando forma humana completa y sofisticada; y que cada vez son más difíciles de eliminar, se visten en los mejores modistos, se peinan en las peluquerias más chachis, van a los mejores restaurantes, rezan en las mejores horas de misa, viajan en naves de lujo, reciben doctorados gratuitos, y cobran como funcionarios de nivel 80. Sólo si se despistan y se olvidan de la cirugía son fácilmente descubiertos, tal como ha sucedido con el marciano Trump, que se olvidó de ir al peluquero y está pendiente de una vasectomía. Por otra parte, y si quiere seguir mi consejo, estimado Moncho, le diré que para identificarlos es fácil fijarse en estas pautas que los invasores siguen a rajatabla y que yo le hago seguir muy amablemente y muy gratuitamente: no les gusta madrugar, copian en los exámenes, jamás han trabajado en la vida, comen alfalfa en la intimidad y lo que más odian es lavar los cacharros de la cena.
Atentamente
Lázaro Isadán