Estimado Moncho:
Llevo con esta manía desde hace algunos años: que la Nación, el Pueblo más progresista de nuestro mundo es México, son los mexicanos. Nos llevan muchos años de ventaja en su carrera hacia el futuro de una Humanidad sin humanos, lo tienen casi a su alcance y por muy poca cosa no lo han conseguido. Si el destino del mundo es la extinción de la especie humana ellos van muy deprisa. Una vez que estén instalados en la perfección y ya no puedan progresar más se pondrán muy tristes, y no harán nada más que llorar y llorar, llorar y llorar, porque no hay nada más triste que no poder mejorar, tener que apaciguar los espíritus sin esperanza de progresar aunque solo sea una pizca. Toda perfección tiene una única imperfección, vaya paradoja: a partir de ese momento cualquier progreso es imposible, no cabe más que retroceso y vuelta a la civilización, algo impensable por detestable. Pero ya digo, les falta el último empujón para conseguir que el humanismo desaparezca totalmente de sus vidas. La población que sufre este progresismo mortal está, literalmente, atada de pies y manos, de pobreza y de mordaza en la boca. Lo único que no progresa en México es su literatura, que es maravillosa. Poder político corrupto, policía corrupta, milicia corrupta, secuestros de cualquier tipo, asesinatos por quítame allá esa pajita, desapariciones al por mayor, niños asesinados para poder conseguir órganos de trasplante, periodistas torturados y asesinados, gobierno con ministros narcomafiosos, jueces narco mafiosos, narcomafiosos ordenando la vida de todo el país y parte de los países de al lado…una maravilla. A veces me da la impresión que la prensa mexicana se pone a presumir, a exagerar, con los logros del progreso de la sociedad mexicana y se pasa de frenada. No me parece mal, de algo hay que presumir, y cuando uno anda cerca de la Luna pues hay que meterle candela, yijii. Yo estoy contento porque aquí, en España, vamos por el mismo camino y pronto cogeremos la senda del progreso irreversible para no tener marcha atrás, que es muy mal método anticonceptivo. Ni un paso atrás. Según nos dicen los nuevos apóstoles de san Pedro Progresito, apóstoles vicarios con sobresueldos y corbatas a juego para predicar aplaudiendo con elegancia, este es un país progresista y la mayoría social de este país es más progresista que la de cualquiera de los conocidos. Bueno -les diría yo- será más progresista que Italia, que Francia, que Inglaterra, que Suecia, que Noruega, que Queseyó, pero más progresista que México, no, coño. Ya somos unos aprendices progresistas pero tenemos que perseverar. Tenemos que progresar adecuadamente mucho más. Últimamente se han dado unos pasos de gigante, hacia atrás, claro, en busca del progreso más progresista: Por ejemplo, este Gobierno ha separado moral y política, ética y política, hay que hacer Política contra la Razón, la verdad, la ley, la justicia, la Constitución… Siguiendo con sus separaciones por fin han derogado la separación de poderes. Ahora todo el poder lo detenta el más listo de la banda de facinerosos. Los jueces del Supremo, del Constitucional, de la Audiencia Nacional, gracias a dios no estudian la ley, se limitan a obedecer las órdenes que da el Gobierno. Si alguna ley ya aplicada molesta a algún progre se deroga y a vivir. Otro paso hacia arriba ha sido el de permitir asesinos y secuestradores en cargos tan importantes, antaño, como los de diputados del Parlamento. Bien. Otro, permitir partidos que promueven el racismo, la xenofobia y el robo, como sus principios fundamentales. A ver si todos los partidos políticos se aplican un poco más en su aprendizaje y pronto sean los delincuentes más buscados, los enemigos públicos uno, dos y tres, los que hagan las leyes y nos suban las pensiones a través de los presupuestos generales del estado. Y ellos, que se queden con algo para mantener el lupanar. La timidez no es buena consejera. Por el camino que llevamos muy pronto nadie necesitará pensiones porque lo habrán progresurado tanto que se habrá muerto de asco o de hambre, nada hay más progresista que la Muerte, ya que nadie vuelve de allí por estar descontento.
Un motivo más para mi esperanza en el desarrollo progresista esperanzador optimista dicharachero, es que los que nos han gobernado hasta ahora han hecho que la igualdad de los españoles ante la Ley sea por fin papel mojado de orines, “mexan por nós e decimos que chove”: han estado concediendo prebendas a unos españoles a cuenta de otros que no son nada progresistas. Han dado fiscalidades forales, autonómicas, provinciales, aumentadas y corregidas, sobre las de otros pobres carcas retrógrados que no han nacido en el lugar progresista adecuado. Los progresistas de un lugar, región, país, concreto, de esta España de todos los demonios han obligado a exiliarse a 250.000 convecinos retrógrados carcas que estaban impidiendo el progreso oponiéndose a que los mataran, los secuestraran, los amenazaran. El progreso requiere limpieza, de la que sea, incluso la étnica. Alegrémonos.
He sentido como un gran éxito el hecho de que nuestro presidente del gobierno haya entablado afectuosas relaciones con el narcogobierno de Marruecos. Ojalá haya boda interracial poligámica islámica y pronto se abran las fronteras al hachís que tanta falta nos hace para soportar esto, estamos hartos de alcohol caro. Las comisiones para el que las trabaja. Abajo las plusvalías.
Me gustaría que por fin los narcos progresistas de Gibraltar o la ría de Arousa, las bandas de albanokosovares y la mafia rusa, tuviesen también una cartera ministerial para no andar escondiéndose todo el día en sus lujosas mansiones y puedan vivir de mediopensionistas en la Moncloa, o incluso de internos y que solamente tuvieran que aguantar a su mamá los fines de semana.
A ver si hay indulto general y se abren las cárceles,- todas, eh, no me sean antiprogresistas-, porque entre toda esa población reclusa injustamente condenada puede haber media docena de progresistas que puedan llegar a vicepresidentes. Sería un desperdicio y una falta de visión política desaprovechar esta oportunidad histórica para apaciguar a esa parte de la sociedad revoltosa.
En fin, yo, que no he nacido progresista y estoy que echo humo por tener vicios tan arraigados como el de respetar a los demás, pensar que somos iguales ante la ley, gustar de la libertad de expresión, circulación, conciencia y otras lacras de las que me es difícil desprenderme, he empezado a tomar clases de progresismo impartidas por el partido político que ahora anda a vueltas con eso, el del puño cerrado para no pagar la ronda o para jugar a los chinos, tres con las que saques. De momento me están quitando la manía de caminar hacia delante ( tengo que decir que ya me he escoñado dos veces) y me han pedido cita en una entidad privatizada con dinero público para implantarme un embudo con el que pueda tragar todo el progresismo sin que me produzca alergia. En la clínica de desintoxicación me hacen leer El País tres veces al día antes de las comidas y me hacen ver Al Rojo Vivo en bucle Lo voy a conseguir, ándele.
Atentamente,
Lázaro Isadán