Estimado Moncho:
Yo, de ser un ente jurídico en lugar de una persona inhumana, puesto en la piel del semi renovado PPKC (PP Kilómetro Cero) me andaría con sumo cuidado con las nuevas amistades que se hacen al calor del botellón. Un buen polvo de aquí te pillo aquí te mato siempre es de agradecer, pero si no andas un poco al loro puedes acabar con unas ladillas o, lo que es peor, con unas purgaciones para permanganato de caballo. No voy a decir nada de esos Isaías a los que el PP invitó a su congreso-roulotte con váter químico, y que ya viven en la tienda de campaña del jardín del chalet de Génova y allí se montan el fuego de campamento, ya sea Vidal Cuadras, Aznar, Girauta, Mariano, Sarkozy, que le hicieron el favor de que las intervenciones fuesen como las de los monstruos de las galletas de Barrio Sésamo a los que, escasos de estómago como andaban los pobres, las galletas se les iban encima del peluche de la pechera y ponían todo perdido. No, me quería referir a uno de los intervinientes de prestigio, a uno de los intervinientes con dos o tres dedos de frente, a uno de los intervinientes que sabía hablar, Don Mario Vargas Llosa, premio Nobel de literatura con tanto merecimiento como el que más. Y es que Don Mario, que ha acertado tantas veces construyendo novelas que, de tan perfectas, llegan a hastiar un poco, no da una en el clavo cuando se trata de vaticinar victorias electorales o políticas a secas. No acertó cuando se postuló a sí mismo como candidato a la presidencia de Perú, no le hicieron caso cuando aconsejó sobre el voto de Bolivia, no fue tomado en cuenta cuando apoyó a la Fujimori hija… apoyo que doy, tío que tumbo, sería el resumen. Su buena voluntad conservadora es de agradecer por parte de los que tenemos cierta edad, pero a veces hay que hacer examen de conciencia y pararse a ver a quién defenestramos con nuestro mal fario. ¿O lo hace adrede, don Mario? Porque, vamos a ver, ¿qué hace, un hombre que trabaja tanto, en un escenario rodeado de tíos que no han dado nunca un palo al agua? Si no fuera por su matrimonio de conveniencia yo pensaría que este señor es un quintacolumnista del Psoe para dinamitar la carrera del candidato popular, y llego a esta conclusión, amen de sus vaticinios errados, porque es primocolumnista de El País, periódico tan afecto al Régimen que a veces me recuerda a aquella película de Manolo Summers, “Del rosa al amarillo”. Contaba Juan Marsé, no sé donde, que en una reunión de escritores en la casa de alguno de ellos, Vargas Llosa, que llegaba de un largo viaje, tardaba mucho tiempo en bajar de la habitación a unirse a la fiesta y es que estaba ya, dale que te pego, tecleando sobre la máquina de escribir, completamente absorto en el trabajo literario que traía entre manos. Así que ya me dirá usted qué hace un gran trabajador entre tanto “posturas”. Le van a coger ojeriza. Si Casado me quisiera hacer caso que deje dicho a sus asesores que no lo vuelvan a invitar a nada, a este hombre, no vaya a ser el demonio y al cohete a la Moncloa se le moje la pólvora por unas humedades amazónicas.
Atentamente,
Lázaro Isadán