Estimado Moncho:
¿Y que importancia tiene que los de Podemos y los de Esquerra y los de Bildu también quieran poner a sus recomendados en el Consejo General del Poder Judicial?¿ Acaso creen los de PP y PSOE que sólo ellos tienen derecho a enchufar? Los hijos únicos se acostumbran a imponer sus caprichos y después patalean cuando se les lleva la contraria. De todos es sabido que los hijos de familias numerosas siempre son más modosos, más humildes, más aplicados. Tienen que luchar por unas migajas de cariño de sus padres, los que estos sean, y, como José, se van a Egipto cuando la herencia no llega para todos. Pero el PP y el PSOE han sido niños mimados que acaparaban todos los juguetes a su alcance, y aun estos no eran suficientes. Ñoños, soberbios, malcriados, no soportan ahora la llegada de esos hijos adoptados que, en tropel, y sin ningún decoro entran en el cuarto de los juguetes y arramblan con lo que haya. Vaya berrinche se cogen los tontitos del culo.
Yo propondría una solución para estos casos de celos enfermizos que les entran a los niños acaparadores de la política española y catalana y vasca y gallega. No es una solución salomónica, por lo retorcida, pero sí expeditivamente dórica, por lo sencilla, y que acortaría definitivamente el enfurruñamiento de los niños mimados. A saber: directamente en el Consejo del Poder Judicial no se ocupen las plazas por jueces de “reconocido prestigio y trayectoria profesional intachable”, para qué, sino que cada partido coloque directamente a sus recomendados, por prorrateo; ni siquiera hace falta que sean jueces, total oye, cada uno que escoja como vocales y consonantes del CGPJ, la C, la G, la P y la J, y sus puntos intermedios, y pongan allí a los que vayan a ser sus próximos encausados por algún delito, corrupción, prevaricación, secesión, malversación, asesinato… No les han de faltar candidatos entre sus allegados y así faltarán plazas para tanto enchufe, pero menos da una piedra; y menos mal que no se admite la poligamia porque no habría cargos para tantos consortes (con suertes). Si se tomaran de una vez por todas el rábano por las hojas todos comeríamos grelos, los periódicos y radios puntillosos adelgazarían, la tabarra disminuiría, y todos podríamos irnos tranquilamente a la mierda a ponernos morados, porque las cosas serían igual de indecentes pero más simples. Y por lo menos nos evitaríamos el berrinche de muchos y las patadas en la espinilla, que tanto nos duelen, de otros.
Atentamente,
Lázaro Isadán