Poesía de lo ajeno
Me veo soñando en la mesa/ Escribiendo a mano y mi letra/ Y sonando palabras de un ayer;/Y veo en esas horas muertas/ Y el hartazgo de la desdicha. / Nadie puede con la pulsión solitaria/ Que se adentra al escribir./ La mesa de clavos es áspera/ Paciente y minuciosa la grasa la adorna. / El placer supura en lo soportable. Así escribre Gonzalo Suárez su poesía profunda, honda del ansia que parece habitarlo con