Este es el careto de un pederasta
El cabrón planificaba sus abusos drogando a sus víctimas con Orfidal en las golosinas que les ofrecía. Siempre el mismo cuento, aprovechar la debilidad humana para hacerlas caer en la tentación más simple y después arrear el golpe sobre el débil, o inocente, cual es el caso aquí de unas niñas demasiado pequeñas (entre 5 y 11 años) como para distinguir al cabrón del amigo. Ayer, por fin, fue detenido el pederasta de Ciudad Lineal