
Soledad en el Parque
Pasé por el Parque a las nueve y treinta de la mañana y me sentí muy sólo. No me crucé ni con un gato. ¿Dónde está la gente? Nadie. Es reflejo de muy poca actividad. No me salen las cuentas, ¿de qué vive Ourense? ¡Ah, sí!, de los jubilados -estos no madrugan- y poco más. El comercio y los profesionales de distintas actividades se extinguen como dinosaurios en una economía nueva. Sus sustitutos viven al