República III, 417ªb; un poco de Platón para los politiquillos
‘Serán ellos, los políticos, a quienes no esté permitido tocar el oro ni la plata (…) Si así proceden, se salvarán ellos y salvarán a la ciudad. Pero si adquieren tierras, casas, dinero, se convertirán en administradores trapisondistas y en odiosos déspotas. Pasarán su vida entera aborreciendo y siendo aborrecidos, conspirando y siendo objeto de conspiraciones, temiendo, en fin, mucha más a los enemigos de dentro que a los de fuera y así correrán en