Precioso articulo de Manuel Jabois sobre Carlos Oroza, y otros …
Carlos Oroza vivía de no tener hambre. Manuel Vicent lo recuerda seco como un sarmiento, con la carne pegada a sus huesecillos de ave y sin una peseta en el bolsillo. Pero como no comía, no bebía y lo único que hacía era subirse a las cosas a piar como un pájaro, parecía habitar en un paraíso. ”Yo vivo de mi propia austeridad”, aclaraba el poeta Oroza (Viveiro, Lugo, 1923-Vigo, 2015). En el Café Gijón