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Todavía no me puedo imaginar que el nuevo Papa sea uno de los dos con los que tuve alguna relación: Cardenales Osoro o Fernández Artime. No, no me lo quiero imaginar porque cuando me tocó acudir a ambos por un problema, ambos se lavaron las manos sin dar razón. Eso, pese a que el primero me invitó varias veces a comer en su piso, tête a tête, y algunas veces más en el Seminario para

Hoy es el día del libro, y nosotros no podemos estar más felices ya que la Diputación de Ourense está regalando los ejemplares de la 2ª edición de nuestro libro “Ourense muy cerca” en la salida de los AVE de Madrid con destino a Ourense. Al mismo tiempo que celebran este especial día promocionan nuestro Ourense querido desde el Madrid de todos que se acerca a visitarnos. Felices, pues, de ver como los once colaboradores

Yo no sé quien carallo pinta en la piedra de fachadas ajenas (¡a mí plim! si es la suya o la pared de su habitación, pero si además es para pintar símbolos nazis y aún por encima asociándolos con determinado partido, lo que sí sé es que un imbécil de tomo y lomo, de muy señor mío, al que ojalá lo pudiese grabar alguien para hacerle pagar la limpieza de una, dos y mil fachadas

¿Cómo estaba la plaza? Abarrotáa. Bueno, no seamos exagerados que no somo “Sacapuntas” y saquemos una “r” al menos, dejándola en abarotada. La plaza a la que me refiero es la de elcercano, que ciertamente no es plaza pero sí ágora pública según qué cosas, cual Ourense siglo XXI es Atenas siglo IV A.C.  según qué cosas también, por ejemplo, para vacilar de nuestra cultura porque un día fuimos llamados así en Galicia. Y seguimos

Hoy, inevitablemente, la tertulia matinal tuvo un protagonista: Mario Vargas Llosa. Ha muerto el célebre escritor, y lo suyo sería hablar fundamentalmente de su obra, pero se coló el interés particular en algo más personal de su vida, o de su final rodeado de su familia, incluida su ex mujer y madre de sus hijos. La verdad es que también se puede hacer ficción de la vida de un contador fecundo de historias de ficción

Érase una vez un Parador en un lugar de Aragón donde acudieron unos puteros de grandes vuelos y bajas camas. Sale a la luz la información de aquellos hechos acontecidos mientras el mundo tiritaba de frío epidémico que no nos dejaba sentarnos a menos de metro y medio unos de otros; que si lo recuerdo yo, o cualquier otro que tuviera un Café, bar o restaurante, por la obligación de guardar distancias mínimas de metro

Hablamos del edificio de siempre de la plaza de Abastos, es decir, del edificio reformado y aún no habitado. Tenemos la suerte de que el estudio de arquitectura encargado de la reforma nos quieran contar la misma, con pros y contras que pueda haber, pero que en principio cualquier vecino que se asome a su vista se deleitará con la belleza urbanística de este edificio y su aledaño este, el de las pérgolas nuevas. Asistimos

Hoy vino a tomarse un vino con nosotros, los tertulianos de la mañana, Maribel Outeiriño, periodista de todos conocida en el periódico de la familia.  Me preguntó cuando había estado presentando su libro “Ruidos de fondo” Alfredo Conde y si habíamos leído la nota que habían publicado en su periódico al respecto. La verdad es que yo no leí nada, pero me alegro porque el cabreo que había cogido el escritor con La Región fue

Cuando tienes la inmensa suerte de poder contar en elcercano con un tipo de la categoría humana y profesional de Ángel Carracedo, no puedes sino celebrar con alegría el hecho de contar con un espacio como el nuestro. Te da pena que muchos cercanos se lo pierdan, pues no van a tener demasiadas oportunidades para escuchar tan cuerpo a cuerpo al investigador científico que estuvo ya propuesto para el Nobel, nada menos, pero que te

Pues sí, es una pena que la vista al cruzar el puente se tope de bruces con la fachada recién reformada que hemos visto salpicada de ropa tendida. Cero estética para cualquier fachada que pretendiera ser bien vista, costumbre arcaizante para una ciudad que pretenda ser moderna, aunque, por supuesto, la modernidad en sí misma no tiene que ser un valor necesariamente. En este caso, algo sí. Podríamos valorar el tipo de ropa que es