
Capítulo IV
CAPÍTULO IV Harruson ocupaba una mesa en la plena penumbra de la umbra de El Cercano y estaba dando cabo de un plato de frijoles y una botella de mezcal con el sombrero un poco retirado de la frente para poder secarse el sudor con cierta comodidad no exenta de elegancia tejana. Desde esa atalaya, no demasiado alta como su madre, podía observar sin ser visto lo que ocurría dentro del local de mala