NIÑO CON BALÓN
El lunes, tres de octubre del año del Señor de dos mil y dieciséis, a las dieciocho horas y trece minutos de la tarde, tuve una visión. Es cierto que hay categorías y categorías de visiones: a algunos se les aparecen sus antepasados muertos y corren a encender una vela o entran en un bar para exorcizar el encuentro y le piden una copa al camarero; a otros, algún santo y deciden hacer una