AYATOLA, AYATOLA, NO ME TOQUES LA P.
Que manía la mía de llevar la contraria al rebaño. Leo, rumío, digiero las noticias sobre “El Monedero” y me pasma que la gente se haga de cruces (como se podía hacer de vientre) con las actuaciones sicalípticas del tal Faldriquero, capitoste que lo fue de ese partido de Féminas desbordadas por la inteligencia y la menstruación intelectual. Bragas comestibles en los mástiles de las banderas y las pancartas. A mí lo que me