CAÑAS, BARRO Y ESTATUAS DE IDEM.
El descalabro ha sido de tal magnitud que todo el país está aun con el temor y el temblor de lo horrible. La convulsión ha sido peor que la de los atentados terroristas islamistas o que la sevicia permanente del chantaje de ETA, porque de los atentados se podía culpar a alguien y de este desastre no podemos culpar ni a Dios, Dios anda jugando al golf con Trump. No podemos pedir que no