JOSE RIVELA RIVELA
El día es inestable, como un barquito de vela en altamar. Estoy lúcido, como si no existiese. Mantengo los cinco sentidos abiertos a todas la posibilidades y escucho una voz. Miro alrededor, muy lejos, y veo a un hombre y a una mujer que hablan. Creo que él intenta explicarle algo que no se puede explicar. Me concentro más y logro entender. Ahora escucho con claridad: Voy a abandonar todos los intentos de conseguir la