1.En tiempos de Mari Castaña en el ayuntamiento de Riós, allá por la Raya Seca, en unas elecciones municipales con niebla, se produjo entre dos candidatos elegidos, que por sí solos no alcanzaban la mayoría absoluta, un cambalache para hacerse con el bastón municipal, que le dicen ahora a la vara de arrear burros. La solución contra natura fue que “Un” partido apoyaría al candidato del “Otro” para que éste fuese alcalde durante dos años, al cabo de los cuales se volverían las tornas para que el alcalde lo fuese el segundón primero. Las cosas fueron bien hasta el momento en que llegó la fecha del cambio de turno: el primer alcalde (y como luego se demostró, único) se negó a dejar su cargo y ahí siguió sentado hasta hace poco tiempo, tan pachorro como un gato siamés de doscientos kilos en una palangana de barbería, con el apoyo incondicional pero interesado de los baltares y otras aras de la Excelentísima Diputación de Ourense y el Pepé. Ahora todo eso es ya Historia Provincial Arqueológica y de la Maricastaña solo queda la castaña de aquellas tierras, buena y sustanciosa; y una enemistad entre los dos candidatos que, a mayores de alcalde y alcaldable, eran primos. En las pequeñas repúblicas italianas de la Edad Moderna había uniones nupciales entre poderosas familias, con casamientos retorcidos que daban lugar a estirpes renovadas y algún que otro hijo tonto, lo que no era óbice para que se envenenaran entre sí o se matasen a cañonazos davincianos por quítame allá esas pajas y esos polvos, guiados por condotieros de fortuna que cobraban en güevos de oro. Lo que producían esas familias, además de guerras y maravillosos jardines privados, eran primos y sobrinos. El poder no conoce fronteras morales, el más pillo es el que gana y el que no corre se queda sin mendrugo, pero a lo que yo voy es a lo que pensarían los vecinos de Riós que votaron a un sujeto para que el alcalde acabase siendo el primo de ese sujeto. Y es que en Galicia las familias son tan importantes como en Sicilia y Calabria, aquí el Derecho Romano se implantó para preservar el minifundio y las buenas relaciones con la parentela cercana y las fiestas de la historia de villas y villorrios. Esto de tiempos de la Maricastaña de las tierras altas fronterizas ocurre otra vez en los tiempos modernos en toda la Gallaecia Ulterior, y ya veremos cuál es el resultado: hoy en día los patriotas gallegos se unen con los patriotas vascos y con los patriotas catalanes y hacen un prorrateo del tiempo en el que se van a sentar en la silla de la Eurocámara a defender los intereses gallegos con los criterios de los intereses de los habitantes del Maresme o de la Concha de San Sebastián. Tú estás año y cuatro meses y después me dejas el sitio y ya voy yo a trincar sueldo y asesores de mejillones belgas el tiempo que queda. Lo de menos es el porqué me van a pagar estos cretinos. Y lo mismo ha pasado con la gran eurodiputada del Presoe, la señá Rivera, que se presenta a las elecciones al Parlamento europeo de cabeza de listilla para que la catapulta untada de manteca la mande por los aires a ser comisaria europea, en dónde ejercerá su cargo para solaz de propios y propias, y a los extraños que os den. ¿Qué podemos decir los que votamos aberraciones como estas?, pues ni más ni menos que nos está bien merecido por imbéciles defensores de la familia tradicional, y que entre primos y hermanos no metas las manos. A ver si pronto las nuevas familias promovidas por el Ministerio de Igualdad se encaraman al poder y podemos por fin disfrutar de un nepotismo igualitario progresista tristegenérico, no como el de ahora, tan tradicional y fachoso.
2.Que me perdone Peter Sellers pero Zapatero me parece un híbrido, mutante, entre el Inspector Clouseau, de la “Pantera rosa”, y míster Chance, de “Bienvenido míster Chance” (“Being there”). No hace otra cosa que meter la gamba y todo lo que toca acaba explotando (explosionando, en La Sexta), pero el personaje, con más o menos unas cejas chamuscadas y la cara de perplejo ante la macroeconomía de dos telediarios, sale siempre ileso de sus tropelías. Aun digo más, el Zapatero Prodigioso acaba por ser, no candidato a la presidencia como Chance, sino efectivamente Presidente de España de la Caña, expeliendo en los mítines las mentiras más epilépticas y las obviedades más rudimentarias envueltas en farfolla de lechuga que engañan a los ilusos y romos de circulación sanguínea cerebral, léase ingenuos o tontos. Como tanto le da blanco que tinto con gaseosa, el caso es que cace ratones, con tal de sacar tajada ha ido contentando con su talante a unos y otros y ha alcanzado fama de hombre santo sabio budista de “Los Calatrava contra Fumanchú”, pasándole la mano por el lomo adobado a todo aquel que se cruce en su vida y esté dispuesto a aflojar la mosca. Cuando le hacen una pregunta comprometida sobre sus amistades peligrosas posa su izquierda mano episcopal sobre la cabeza del interrogador y suelta la payasada más enervante con una cara de sabio comedor de hierbas de namorar que es imposible resistirse y no darle un beso de tornillo en esa cara de pánfilo. Hasta que se acabó la diversión, llegó el Comandante Maduro y mandó a parar: al paredón los venezolanos. El inspector Clouseau aun no ha regresado a su patria mediática, andará talanteando en una playa de Maracaibo, dominicana, o sabatina, pero difícil le va a ser explicar sus andanzas cuando el contramaestre de la Prefectura Popular lo mande llamar a su despacho a dar la lección de “Democracia para la conjunción astral de los Pueblos Oprimidos”. Ha sentado su culo en el detonador de los explosivos haciendo saltar por los aires la fortaleza antes del rodaje; ha dejado que el zapato se le escurra por la fuente interior de la cursi casa Lloyd Wright de sus anfitriones y “el guateque” en el que estaba viviendo creo que se le acabó, por lo menos aquí en la Hispania Infecunda. Ese Zapato, que se desliza sin remedio por la pequeña acequia como un barquito de papel sudado, metáfora del arroyo inmundo de la vida de algunos, es ya la alegoría del otro Zapato que ha naufragado en la consideración de los pocos españoles que aun creían en los pajaritos preñados y en Olivia, la novia de Popeye. Este Gobierno de Sánchez ha tenido como asesor de terapia zen a un ser de bondad de reno navideño carnívoro ocultando una maldad de reina de Blancanieves con su espejito mágico del buen rollo patatero. Espejito, espejito ¿quien tiene la sonrisa más conjuntadora de civilizaciones al por mayor? Quiere poner a bailar mil millones de chinos con unas caribeñas de caderas locas, pero de momento solo ha reclutado para su plan zapatero a armarios autócratas con exceso de kilos y de sangre en las manos. En España nunca se le olvidará por ser el presidente que más tanatorios con goteras ha construido en este país de los demonios en el que los muertos tienen más derechos, respeto y memoria que los vivos. Todo lo que toca lo convierte en cecina y morcilla de democracia y en exiliados con chorizo, él que, en su ascetismo cursi, no come más que oro, como un Rey Midas de Walt Disney.
- Como este país ya marcha él solito, sin una mano paternal que lo acompañe por la senda del progreso; como ya funciona como un autómata al que no hay que dar cuerda, como un cohete a las estrellas; como ya no hace falta aprobar presupuestos ni asfaltar baches con cunetas (esa es la nueva definición de autovía), pues el Gobierno ya puede dedicarse a lo suyo, que es controlar a los medios de comunicación que escriben y dicen gansadas profundas sobre el propio Gobierno y sus familiares más cercanos y lejanos, aquellos que viven a la sombra de los patriarcas gobernantes en flor y acuden a sus fiestas y saraos vestidos con chaqué rematado en pajarita de bailaor intelectual: ni más ni menos que siete ministerios van a dedicar sus desvelos a descubrir las mentiras más gordas, las financiaciones más mafiosas y los bulos más repletos de nocilla, de los medios, de los cuartos y mitad y de los seudomedios y otras magnitudes informativas que nos rodean por todas partes y que son, indudablemente, el primer problema del Estado Español, Catalán y Vasco, aunque Tezanos el Preguntón no se haya dado cuenta y dirija sus inquisitivas y prospectivas encuestas hacia la inmigración, el desamparo postcoitum y la vivienda imposible; ni más ni menos que siete ministerios repletos de asesores que andarán todo el día de dios como sonámbulos leyendo las majaderías que, como esta que yo escribo libremente, se esparcen por el universo casi infinito de internet, las whiskypedias y los consejos contra la diabetes de los predicadores y vendedores de crecepelo de chalecos floreados. En la televisión, la publicana y la otra, en los periódicos menstruales y los discursos en hyde park, se permitirán noticillas tan solo si contribuyen al estupidización definitiva de las masa en general y de los votantes en particular. Tarea ímproba y casi imposible que acabará con el paro en Europa, porque chivatos, confidentes y policías de la Información no darán abasto pero cobraran del Estado el salario mínimo con derecho a un uniforme de ordenanza con botones dorados y jubilación a los ochenta años tras cincuenta de servicios impagables a nuestra Nación.