DOMINGO
Otra vez se ha sacado a sí mismo las castañas del fuego el Real Madrid, equipo tan monárquico como la Armada Española, la Academia de la Lengua o la Real Filarmonía de Galicia, que toca que es un primor y en cuyo seno los instrumentistas son todos extranjeros como en el Real Madrid lo son los jugadores, aunque creo que hay un gallego que toca el pandeiro en la Luna y la música no conoce fronteras. Hasta el entrenador de la Real Filarmonía de Galicia es de fuera de Galicia, pero no es Ancelotti. A ver si vienen los Buenos Progresistas y cambiamos este desaguisado a fuer de que suene a Tanxugueiras la Quinta de Mahler con dirección de Azagra. La Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense, sin embargo, está formada por gaiteiros ourensanos aunque no todos los orensanos son soplagaitas. Sus conciertos y el Himno del Reino de Galicia suenan a gaitas templadas, muy bien templadas, que hasta me hacen llorar, ay Rosalía, pero aun no he oído el himno del Real Madrid tocado por la Real Banda de Gaitas de la Diputación de Ourense, qué pena que Baltar sea un exbeatle madridista y ya no influya en Florentino. Pero volvamos al Real Madrid de fútbol: El Madrid es muy Real y sin embargo parece una ficción de videojuego. Todos los niños quieren jugar en la videoconsola con el equipo blanco de Vinicius de Moraes, manejándose con su pequeño pirulí como Ancelotti desde la banda maneja el chicle, o lo que sea que masca. Aunque la segunda equipación sea morada (o era) y feminista al once por once, el Real Madrid es el equipo blanco de colón que esta más repleto de hombres negros. Se parece mucho al Atlético (Athletic) de Bilbao. A pesar de todo algún gol que otro lo marca un muchacho con ocho apellidos carpetovetónicos como Carvajal, que viene a ser la traducción al salmantino de Carballal, o sea, bosque de robles ancestrales de los antiguos montes de la Patria Hispana Fecunda de Indíbil, Seguros y Reaseguros. Camacho era de Murcia, Gordillo de Almendralejo y Juanito de Málaga. Sergio Ramos, “el pelexón”, era de Sevilla, o por ahí. Ahora casi todos los jugadores del Hála Madrid son unas perfectas máquinas brasileiras recién importadas, o hijos terceros de inmigrantes que están puliendo y dando brillo a la raza europea y al castellano. Ya no quedan saetas rubias argentinas para correr la banda con el balón pegado a los pies, el único rubio era Kross y parece que se va emigrado a poner una granja de birras rubias en Baviera. El Real Madrid es un equipo de fútbol. La selecciones autonómicas de futbol son equipos de burócratas. El Paris San Germain es un equipo de un árabe, como su propio nombre indica. El Valencia, de un chino, talycúal. Qué viva el Madrid que nos da tantas alegrías y aun adora a una diosa griega y europea turca como la Cibeles, diosa de la Tierra, de las cosechas y del césped impoluto regado momentos antes del encuentro para que el balón circule más deprisa. Para celebrar la decimoquinta, primero a la Cibeles, después a la Almudena, se ve que aun hay ciertas jerarquías entre vírgenes y diosas…
LUNES
Sigue la campaña electoral de las europeas. Las europeas parece el título correctísimo de una novela de Henry James, y lo es en lenguaje políticamente correcto, pero no hay conversaciones sutiles ni enredos imposibles ni prosa destilada que cae sobre nuestra memoria como gotas de angostura en un dry martini. Las europeas, en mi época de recién salido, eran las suecas, las biter holandesas y alguna que otra francesa. No hay estilo en las europeas como en Henry James, que era un hombre de modales bostonianos traspasado a la campiña inglesa. En las europeas de este 9 de junio, como siempre sin tarjetas, solo hay chabacanería y vocerío, yo todo lo deduzco de los resúmenes de la TVE y de los comentarios literarios del Cisco de Tezanos. En los mítines, los cabezas (vaya cabezas) de lista que van vendiendo sus crecepelos y elixires de la eterna juventud anticarbónica, al lado de su troupe llevan a sus ganchos para que las gentes mordamos el anzuelo. “A ver, joven”, le dice, por ejemplo, Teresa Ribera a Illa, “¿usted me conoce de algo?”. “No, señora”, dice Illa retorciendo nervioso entre la manos una gorra verde del John Deere, “yo he venido desde mi mas a comprar una poca simiente de lechuga y me he parado a oírla a usted un momento”. “Bien, muchacho, así me gusta la gente, sincera. Llévese esta botellita de crecepelo a su casa y ya me contarán usted y su esposa”. “Ah, no es necesario”, dice el payés Illa, “yo este producto suyo ya lo he comprado el año pasado en la feria de Vic y vea que pelazo me ha quedado que ni mis hijos me conocen cuando vuelvo a casa”. Entre unas cosas y otras, la feria se va deshaciendo, los timadores recogen sus bártulos y, una vez que se han repartido todos los elixires, se disuelve en una tarde de trozos de empanada de butifarra y sangría rebajada de vino de Valdepeñas (el Priorato esta muy caro y sobrevalorado). Todo muy europeo. A veces se entrevé, entre las gorras de visera, una boina aposentada, como un nido de curruca dado la vuelta, sobre la cabeza de un euroescéptico que anda a la búsqueda de una ganga de calcetines de licra.
MARTES
Hacía mucho tiempo que nadie me escribía, ni cartas ni tarjetas postales desde primera línea de la torre Eiffel, volando desde la cornisa con un paraguas de ballenas. Y ahora, de repente, dos cartas o, como decía una recultísima tertuliana de la Cope el otro día, dos cartas epistolares. Me siento a leer la dichosa segunda carta epístola epistolar y me pongo a llorar de ternura. Hasta ahora yo no había entendido nada de la vida y ahora he visto la luz: así que el matrimonio era eso, a fin de cuentas, una conjunción astral de civilizaciones de malos humores y malos olores. Yo, siempre tan ingenuo, creía que el matrimonio era un sacramento que santificaba el amor entre dos personas o dos monos o dos amebas, dependiendo siempre de la liturgia que hubiese acompañado la ceremonia. Si el Presidente hubiera hecho caso al Califa de los Creyentes, lo mismo que le hizo caso en el asunto del Sahara, hacía tiempo que hubiese abjurado de su fe y se hubiese casado con seis esposas, a estas horas la saga familiar cotizaría en el Ibex Sesenta y Nueve, como una de las empresas tecnológicas del plan de resiliencia y el plan de descarbonización con más futuro. Con esta furia vaginal epistolar, contagiosa como la gripe, me asomo a la ventana a atisbar al cartero pero el malhadado tarda en aparecer por la esquina, tan cargado viene de hombros como de bolsa, que en estos días de reparto de papel electoral le sube la bilis a la gorra. Trompetas azules anuncian guerra sindical. Oigo el portazo cuando abandona el portal y sin esperar a ponerme los pantalones acudo presto a mi buzón. Oh, qué decepción, me meso los cabellos, muerdo el rodapiés: el Mercurio del Deutsche Bank no ha puesto un nuevo huevo postal, epistolar y carteril en mi taquilla. Tal vez mañana, este hombre Presidente y amante esposo, me vuelva a escribir a mí, su humilde siervo.
SÁBADO
Trailer o adelanto visual de la obra “Cartas, Mentiras, Sexo y Cintas de Vicio”.
ACTO PRIMERO: Libertinaje y escándalos.
PERSONAS: don Pedro Tenorio, Don Diego Marlaska, Don Gonzalo Puente, Ciutti Bolaños, Buttarelli Montero. Caballeros, Curiosos, Enmascarados, Rondas. Hostería de Christófano Lachalanetti. Puerta en el fondo que da a la calle; mesas, jarros y demás utensilios propios de semejante lugar.
ESCENA PRIMERA: Don Pedro Tenorio, con antifaz, sentado a una mesa escribiendo, Ciutti Bolaños y Buttarelli Montero, a un lado esperando. Al levantarse el telón, se ven pasar por la puerta del fondo máscaras, periodistas, jueces en bragas, estudiantes y pueblo con hachones, músicas, etc.
- PEDRO: ¡Cuál gritan esos malditos! ¡Pero mal rayo me parta si en concluyendo la carta no pagan caros sus gritos! (Sigue escribiendo.).
SEGUNDA ESCENA DEL TRAILER DE “Cartas, Mentiras, Sexo y Cintas de Vidrio:
- PEDRO TENORIO: Que os hallabais bajo mi amparo segura, y el aura del campo pura libre por fin respirabais. Cálmate, pues, vida mía; reposa aquí, y un momento olvida de tu convento la triste cárcel sombría. ¡Ah! ¿No es cierto, ángel de amor, que en esta apartada orilla más pura la luna brilla y se respira mejor? Esta aura que vaga llena de los sencillos olores de las campesinas flores que brota esa orilla amena; esa agua limpia y serena que atraviesa sin temor la barca del pescador que espera cantando el día, ¿no es cierto, paloma mía, que están respirando amor?
….PROXIMAMENTE EN SUS PANTALLAS GIGANTES.