DOMINGO
El juez Garzón,- dicen que ser juez es como andar en bicicleta, que nunca se te olvida-, se ha casado con la señora exministra, exfiscala general del Estado, fiscala fallida del Tribunal Supremo, Mme. Dolores Delgado. Y después dicen que la Justicia es ciega, lo que era ciego era el amor, ¿o no?. Los jueces también pueden ser ricos gracias a sus emolumentos oficiales, los jueces ricos también lloran, los exjueces también pueden ser cursis y las exfiscales generales del Estado también pueden hacer una boda hortera como cualquier hija de vecina, de portera o de campesina andaluza. El derecho al horterismo es el derecho al derrochismo de trazo grueso, con capeas, jamones de bellota (glande, así os digo) sin grasa ni hueso; y unos pepinillos en vinagre que hay que sacar del bote en un concurso de habilidades entre los invitados, que se ponen perdidos, mientras los niños de las arras te van dando unas rifas para cambiar por regalos en una tómbola jurídica bajo la carpa. Las servilletas, de papel timbrado. Las joyas, de alquiler. Los trajes, con puñetas de quita y pon, pon, pon, que hay flamenco y flamenquitos cordobeses. Las pajaritas salen por la noche y las pájaras también. El coche nupcial tiene un motor de quince caballos jerezanos. El caballo y el hachís vienen de Algeciras. Hasta altas horas de la noche se prolongó la velada y por las cunetas rodaban las botellas que nadie se había bebido. Justicia abstemia para la gente corriente. Así ha sido, y así se lo hemos contado.
LUNES
Me han comentado que ya no está de moda el cigarro del postcoitum, que ahora lo que se lleva es el cigarrillo del intercoitum. Eso ya estaba de moda cuando yo era chaval y había una pelandusca en el Parque de san Lázaro que se entretenía con los adolescentes mientras fumaba, ella, como Sarita Montiel. Había que pagar a la entrada. El cigarro del polvo del día después en Cataluña no es placentero para nadie que se dedique al oficio más antiguo del mundo, la política. A Illa lo avisan los augures de que se cuide de los idus de mayo: Bruto, el republicano, va a acuchillarlo en cuanto le de la espalda; los de Esquerra aun no fuman porque es pecado, son los niños a los que papá Noel no les ha dejado el juguete que habían pedido y el berrinche es de opereta; Puigmemondo va a por todas pero su salud se empieza a resentir y se ha puesto los calzoncillos por la cabeza, no se encuentra el paquete. De rubio americano. El Pepé, que hace guantes con los pesos plumas y al que el entrenador vigila los pasos, fuma en el retrete mientras Vox reza para no quedar embarazado, usa condones preconciliares. Los demás silban volutas de eructo de cebolla y cogen un taxi conducido por un paquistaní para que en casa no les pregunten de dónde vienen. Fumar en Cataluña se ha puesto muy difícil. Joder no tanto.
MIÉRCOLES
Me cuentan que hay unos audio libelos con las grabaciones de los amiguetes a los que Feijóo mantuvo en la Diputación de Ourense contra viento y marea. Volvemos a lo mismo: que “consejo os vendo pero para mí no tengo”. “Si nosotros mantenemos a Koldo en el ministerio y le damos de comer contratos para que crezca como Godzilla, vosotros mantuvisteis a los Baltares y les dabais de comer oro, como a Midas”. Los sátrapas provinciales crecen siempre bajo el manto del emperador de Santiago de Nínive, o de Persépolis de Madrid. Los virreyes de provincia crecen orondos y satisfechos comiéndose el negocio de las adjudicaciones, de las subvenciones, de las escuelas taller, de las contrataciones, de las subdelegaciones, de las grandes obras públicas, y de las pequeñas. “Negocio, no se enfade usted, tan solo es negocio” dicen mientras le clavan a los súbditos remisos, en el abdomen, una esquirla de la urna arrojada por la ventana. “Negocio, tan solo es negocio” y lección de cine: “Por un puñado de dólares”, de Clint Eastwood: suena la plata. “Por un puñado de votos”: suena la corrupción en Ourense. Ahora se sonrojan en el Senado, nueva tierra de promisión seca, que no recibe ni una sola gota en todo el año, pero no van a ir a por la mujer del César porque la familia del procónsul está tan pringada como la del emperador. El pacto está sellado ante el notario mayor del Reino. Justicia, qué bella palabrota. En la escena de El Padrino, la de la reunión de las familias mafiosas después del atentado a Corleone, las caras de los actores lo decían todo, Fellini estaría orgulloso de Coppola: “yo no voy por tu Familia y tu no vas por la mía, nos repartimos el mercado, tu te quedas con la prostitución y las drogas y yo me quedo con las apuestas y el alcohol. Los jueces y los policías corren por mi cuenta, aceptadlos como prueba de buena voluntad”. Después se dan un abrazo y los espectadores quedamos extasiados por lo que es Cine y Verdad (El Padrino, Parte I). Y por lo que es la política española actual.
VIERNES
Un influencer con más de un millón de seguidores, -indudablemente la gente no la rasca, porque mientras se trabaja no hay tiempo para estar con la cerviz doblada sobre las mamarrachadas de internet-, ha convocado a su grey a unas jornadas en una playa de Carnota, Galicia para más señas, para observar, en vivo y en directo, un fenómeno marino de luminiscencia de algas y microorganismos. Carnota tiembla de pavor, porque la multitud, cuya inteligencia se ha comprobado de forma intuitiva, va a poner patas arriba la convivencia y la naturaleza protegida de ese lugar. Carnota tiembla, el alcalde de Carnota tiembla, las dunas de Carnota se han echado a llorar, las playas impolutas se repliegan sobre sí mismas, el cielo protector huye, los cuervos afilan los picos, las gaviotas emigran…han comenzado las nuevas Cruzadas del siglo XXI, unas multitudes de majaderos chabacanos a la conquista de lugares sagrados que no les corresponden y cuya pureza no tienen derecho a hollar (joder, para los amigos). Mucha gente es incapaz de moverse si no va dentro del rebaño. O de la piara. A veces me sonrío con la íntima esperanza de que traficantes de esclavos, salteadores de caminos, piratas berberiscos, se crucen en las vidas de esta plaga del turismo al tuntún, para que no sea tan barato embadurnar de ramplonería lo que nunca se debería tocar. “La Cruzada de los Niños” del siglo XIII tan solo necesitó un predicador visionario y unos incautos para caer directamente en el desastre.
SÁBADO
De nuevo nuestro Presidente Vidente ha cambiado de opinión y, de momento, no va a reconocer el Estado palestino, va a tomarse unos días para reflexionar mientras se lo reflexionan otros. Genuflexión. Al ritmo que llevamos puede haber Estado palestino pero no habrá súbditos palestinos, habrán desaparecido, la táctica guerrera del ojo por ojo y diente por diente se ha elevado a una potencia insufrible. Cuando reconozcan al Estado palestino ¿qué tipo de gobierno le recomendarán estos expertos en entelequias de menú del día? ¿Tal vez una teocracia a imagen y semejanza del Estado Vaticano o del Estado de Irán?, ¿un Estado gobernado por una familia de cucos golfos como los estados árabes del Golfo Pérsico?, ¿un Estado califal como Marruecos?, ¿un Estado militar como Egipto o Pakistán?, ¿un Estado medieval como Afganistán? En un país de mayoría musulmana hasta el día de hoy no ha sido posible una democracia y la falsa democracia que tuvo la autonomía palestina acabó con la desaparición, literal, de los opositores a Hamás ¿Será, por ventura, un Estado como el de la Rusia de Putin, con unos gulags en el desierto o unos dátiles envenenados con polonio para los amigos de la OLP también llamados Autoridad Palestina?. Los vencejos progresistas son unos pájaros que no pueden posarse en el suelo porque sus desproporcionadas alas les impiden levantar el vuelo de nuevo. Nunca tienen los pies en la tierra. Cuando en los atardeceres se juntan en bandadas, crean en el cielo unas figuras hermosísimas, como cardúmenes de peces plateados en la mar. Si te quedas extasiado contemplándolos y pasas bajo sus evoluciones lo más probable es que te caguen encima. De eso es de lo que me tiene pinta la creación del Estado palestino por esta buena gente, pero indudablemente uno no tiene ni idea de creación de Nuevos Estados. No como ellos.