LUNES
El hombre, a quien el hambre de la rapiña acucia,
de ingénita malicia y natural astucia,
formó la inteligencia y acaparó la tierra.
¡Y aun la verdad proclama! ¡Supremo ardid de guerra!
(Antonio Machado)
Extraño deambular de ministros sonámbulos y zombis por esas cadenas de televisión y de radio a todas horas explicando principios éticos inamovibles como cimientos de las casas de Los Tres cerditos. No saben hacer otra cosa, los echan de sus poltronas donde estorban a la doncella que pasa el plumero (aun quedan doncellas, amado congénere dinosaurio machista) y se van al casino, a la tertulia con otros levitones; y para guinda de pastel, novio de plástico, niño en el bautizo y muerto en el entierro, después sale “el Pomposo” en la tele, y nos dedica la última pieza de la verbena antes de que nos vayamos a la cama, que mañana hay que madrugar. Paquito y la Chocolatera. Ya no hay que gobernar, ahora se limitan a ser titiriteros por todos los escenarios invernales, largando monólogos de Polonio venenoso contra la realidad, como si el mundo ya fuese, que lo será, exclusivamente virtual; como si no hubiese frio, hambre, dolor, distancia entre las cosas, cristales que se rompen, niños que lloran, perros que muerden, precios que se desbocan, incendios pavorosos-sequías pertinaces, educación de retrete, sanidad para la vida eterna, carreteras con agujeros negros que se tragan platillos volantes, locos fanáticos gobernando, racistas con boletín oficial y presupuestos…. Nada es verdad porque ya nada es mentira. El ministro de transportes apelará a la Comisión de la Competencia (si esta existiese él no podría ser ministro) porque los competidores de Renfe abaratan los precios en las líneas rentables y ellos (o sea, nosotros) ya han empezado a circular en pérdidas. Si esa es la razón ¿porqué los billetes de tren aquí en Galicia son gratis para muchos que andan avispados acaparando viajes? Si estas líneas eran deficitarias ¿qué sentido tiene que lo sean aún más aquí y no lo sean en el corredor mediterráneo? Si quieren competir con los amigos franceses pongan esos billetes gratis como en Galitierra, verán qué transformación clientelar, se harían con toda la cuota de mercado. El ministro de transportes tiene un equipo (pudiera ser el Zamora FC, pero no) dedicado a escudriñar los artículos de opinión en los que se le insulta, los insultos son siempre los que profieren los demás, los de uno van directamente al cubo de la basura de donde no debieron haber salido. Hay que reconocer que el ministro de transportes habla un castellano decente, tal vez lo único decente con lo que tiene relación. Qué dura es la vida del ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, buscando improperios irrepetibles en un auditorio puritano, para animar un lunch de la Moncloa en donde sorben la sopa boba con el meñique empalmado. Lo de la movilidad sostenible se refiere a los taxis que nos recogen de las melopeas y nos llevan a casa a horas tempestuosas e intempestivas, esos taxis también habrá que regularlos, mejor, regular o peor. ¿A qué comisión de la competencia habría que recurrir?, ¿ya no pide nadie psiquiatría en el MIR? Otra cuestión: ¿por dónde anda Ábalos, vamos a ver? Estará ocupado reclamando unas horas extras por asistencia a plenos que le ha birlado la honrada presidenta del Congreso. La vida de los diputados es una vida muy agitada, muy dura, hay que andar vigilando que a uno no le roben la cartera sus compañeros de partida de facinerosos, deberían incluirlos en profesiones de riesgo, no como a policías y guardias civiles, cuyo mayor riesgo es el ministro que les toque en la tómbola. Un ministro mirándose las uñas, otro poniendo medallas a vírgenes de madera con carcoma, otro pegando una patada en la puerta del mueble bar. Qué dura es la vida del ministro del interior teniendo que no ir a funerales de guardias civiles y teniendo que sí condecorar carnets del Partido Único Bis con patas. A otra cosa mariposa: el hermano del presidente del gobierno ha alcanzado, tras un arduo examen de ingreso, en competitiva lid con otros contrincantes que no se han presentado, un puestecillo en el Teatro Real. Si el Teatro es Real la realidad de su sueldo a partir de ahora no se contabilizará en reales sino en euros contantes y sonantes y no ficticios. Teatro y realidad. Qué culpa tiene el hermano del presidente de ser hermano del presidente, a los amigos se les escoge pero la familia te cae encima como una losa de mármol de un sepulcro blanqueado y por las rendijas se escapa un pestilente olor a corrupción de la carne.
MIÉRCOLES
En el aula, el repelente niño Aspirino, ministro futuro, recita la lección a instancias de su profesor. Repite cansinamente: la pe con la a ja, la p con la e je, la pe con la i ji. El profe, subido en su tarima magistral no escucha al escolante porque anda a vueltas con el candy crash de su telefonillo, haciendo a duras penas la digestión, su esposa se ha pasado con el aceite y el ajo. Escucha el sonsonete del ministro como si escuchase llover y el sueño invade su razón y nubla un poco su vista, se le hace difícil conseguir algo con el jueguecito de marras, “ah”, se dice, “si estuviese aquí Celia Villalobos, podría consultar”. “Profe”, dice de repente Aspirino, ministro futuro y ya presente en la realidad virtual, “Pepito me está chinchando, no me deja concentrar, está hablando por su móvil y me ha pegado un chicle en el pelo”. Pepito Pi, Pepé en su casa y Peperrañas en el patio de la escuela, pone cara de no romper platos de Sargadelos y guarda el móvil en la mochila con un hábil movimiento de carterista de estación de tren. A pesar de todo, a través de las paredes del macuto, se sigue oyendo, como voz de ultratumba, la consigna de su mamá que le manda traer la pescadilla encargada en la pescadería a la vuelta de la esquina del Senado. “¡Ya te puedes preparar como te olvides!”. El presidente del senado, quiero decir el magister, manda a Pepito Pi, Peperrañas, que le entregue el móvil en su mesa. “Pero si yo no he sido, profe, yo no he hecho nada”, lloriquea Pepé, “es él que no se sabe la lección”.” Bueno”, dice el Presidente del Senado y aula de infantes a tiempo completo, “voy a tener que tomar una decisión, a partir de hoy no quiero un móvil en el aula, que os distraéis y no dormís vosotros ni me dejáis dormir a mí”.
JUEVES
“Los asquerosos” es una novela de Santiago Lorenzo que contiene algún momento bueno. “La ignorancia de la ley no exime de su cumplimiento” es un principio del Derecho que por estos lares se ha olvidado con amnesia profunda producto de un estado de coma general de la sociedad. Entre políticos todos sabían que el tráfico de influencias, el ascua a la sardina de los parientes, las mordidas, los sobornos, los cohechos, las comisiones… eran actividades delictivas. Hoy los políticos se han olvidado de todo eso. Amnesia total. “Le doy a mi cuñado unas concesiones graciosas y multimillonarias por casualidad y después ceno con él y su esposa y con su hermana, que es mi mujer: una reunión de matrimonios en un restaurante chachi de la Coruña y oveja muerta”. “Mi mujer me recomienda a unos amiguetes para contratar multimillonariamente con la administración y después pollo con patatas con ella. Por si aun le falta algo que contarme, el cigarro del día después. Firmo lo que quieras, nena, que para eso soy el que mando en este aprisco”. Más allá de los políticos está la sociedad civil, completamente dormida por las drogas, el fútbol, las pantallas/yugos que doblan la cerviz, el analfabetismo, el ruido de los medios que ya ni llegan a cuartos, las fiestas de los alcaldes payasos, eurovisión, la charanga del tío honorio, la pandereta, los locos de Cannonball, la comida basura, el sorteo de baches, las imbecilidades de los yutuberos, los niños transformados en perros, los perros transformados en niños… En una sociedad un poco sana estos políticos estarían en casa esperando que la policía llamase al timbre para acompañarlos al juzgado. En esta sociedad aborregada, anestesiada por todos los veterinarios, nos encojemos de hombros y a esperar a que escampe. Los jueces solo juzgan con rigor a los que no tenemos nada que ver con la política; se quieren mucho unos a otros, dios los crea y ellos se juntan. Hay Justicia de derechas y Justicia de izquierdas, “asegún”. Este prostíbulo cierra tarde y el de la acera de enfrente también. La ignorancia de la ley exime de la posesión de decencia, nuevo principio general del Derecho. “Yo no sabía que no se podía mear en la puerta de mi vecino, señor juez ¿Cómo quiere que lo supiera si yo no soy abogada y solo tengo una cátedra de una especialidad marciana por la Universidad Complumierdense de Madrid y pensaba que no estaba prohibido mear fuera del tiesto