DOMINGO
No he visto jamás una gala de los premios del tío Óscar, ni tampoco del abuelo César, ni siquiera del genial Goya, pintor. No los he visto porque no los soporto más allá de veinte segundos. Con esos espectáculos me pasa igual que con muchas novelas, que les doy veinte páginas, es decir diez hojas que se puede llevar el viento. A las series que proliferan, se multiplican y mueren, no llego a medio capítulo de la primera temporada de las treinta temporadas que contiene y cuyas instrucciones para seguir el argumento vienen en un manual de ochocientas páginas que te venden en la sección de harinas, piensos y derivados del súper. De tal manual leo la faja de la decimocuarta edición. Digo todo esto para que se vea que la culpa no es de estos artefactos artísticos sino de mi propia incapacidad para soportar tostones que no sean al horno y con una manzana en la boca. De lo que es imposible sustraerse, como se dice ahora, o abstraerse, es de los minutos, que ya son horas, que todos los noticiarios dedican a tamaños acontecimientos siderales, me estoy refiriendo en concreto a los premios Goya, restando, como se decía antes en la escuela, o sustrayendo, como se dice ahora, importancia a otras noticias que uno quisiera dejar planchadas antes de dedicarse a otros menesteres como puede ser ir por el queso para acabar de cenar. El bombardeo de Dresde al que nos someten con una noticia tan histriónico-transcendente, acaba por quitarle tiempo a la sección más importante del telediario, que es la de las fotos del tiempo que hace en Morrodroño del Páramo a las nueve de la mañana, cuando el sol asoma entre las nubes, captado por la cámara infalible de nuestro colaborador asiduo Feliciano de la Luna. Dejo el tenedor en el plato, –como se ve, veo el telediario a la hora de comer cualquier cosa–, y cojo el mando a distancia, gran invento. Busco esperanzado otro noticiario generalista, gubernamental o patriótico y en todos aparece lo mismo. Guapos, guapas, feos, feas diciendo chorretones con unos trajes de madrina delgada de boda, ellas, y unos esmóquines, chaqués, o lo que sea eso, a los que les sobran pespuntes y les faltan metros de tela que se habrá comido el burro del sastre de la orquesta Compostela, ellos. Glamur, creo que se le viene llamando. Como los participantes, los presentadores, los políticos con pajarita empollando bajo nuez, y los otros entrevistados, son tan ocurrentes, siempre dicen lo mismo, lo único que cambian son los objetos de sus reivindicaciones solidarias. Ahora ya no se lleva la hucha para los chinitos sin bautizar, como en mis tiempos niños. En las treinta horas de telediarios de este día aciago que me he tragado, lo que he echado de menos ha sido la presencia de los perros guau de los protagonistas, que seguro que tienen, guapiños ellos. No sé con quienes los habrán dejado porque todo el país sigue con la boca abierta ese acontecimiento trágico cósmico dramático al que ya confundo con el Benidorm festival Culo Xou. Las peluquerías caninas: cerradas para asistir a la gala y copiar modelados. Me han contado que alguna de las películas hiperpremiadas es soportable y que las otras solo son subvencionables. Goya estaba sordo, premonitorio estado. Me voy a aguantar las ganas de ir al cine, tengo que mear.
LUNES
Se va a traer al Bernabéu un partido de la liga de futbol americano, ese deporte híbrido entre bolos, rugby, fútbol escocés y Harold Lloyd. Es lógico, en Madrid hace falta algún espectáculo más para los turistas, no se vayan a aburrir en el Prado Asediado, el Guernica Soplado y la Plaza Mayor de los Austrias y de los Pekineses cagada. Se debería hacer además una ruta por residencias de ancianos desahuciados de sus viviendas de alquiler antiguo por la economía liberal de mercado del comercio injusto; por los conventos con monjas hindús que guardan el esqueleto de Cervantes; y por la calle Ferraz donde crecen las acacias de la libertad y las rosas manoseadas por puños sin espinas, a salvo de gatos que puedan mearles, los gatos ya mean y gatunan bastante a sus anchas dentro de la casa. En el Bernabéu hay que programar un combate mixto de retiarias Hispalenses contra las luchadoras en el barro del Parque de Retiro. A los grupos grandes de turistos detrás del paraguas, no les vendría mal un paseo por el Barrio de Salamanca con fiambreras y manteles de cuadros para comer a la sombra de la estatua del Marqués. Habría bocatas sinfónicos de calamares Boccherini para todos y unas cañas bien tiradas, la libertad exige sacrificios.
MIÉRCOLES
No sé nada de lo que pasa en Argentina pero leo mucho a Borges. Leer mucho, como yo demuestro a cada paso, no significa que se te quede algo de cómo se escribe aquello que se lee. Esta última frase es un ejemplo de lo que quería decir, o no, y así sucesivamente. Yo no sé nada de Argentina ni de argentinos pero veo que Milei se pone a llorar como un plañidero locuaz y deja perdido el Muro de las Lamentaciones, que hasta han tenido que apuntalarlo por las goteras y las ondas expansivas de Gaza; y después se va a abrazar, de lejos, al Papa de Roma: hiperalimentados los dos, sólo hay contacto de barrigas. Lo imagino en los próximos días en un convento lama haciendo kung-fu; y después nadando con otros cadáveres en el Ganges: Ecumenismo matrero cristiano churrasqueando un tango.
VIERNES
Causa causae est causa causati . Es extraño que quién no haya pactado nada con los delincuentes sea acusado de querer pactar con los delincuentes por parte de aquellos que ya han pactado (y han sido sodomizados) por los delincuentes. No hay nada como ir a lo esencial de las cosas. Los niños suelen acusar a sus juguetes de las fechoría que ellos mismos han cometido. Y tan frescos…
En este país de Jauja y Botellón la nueva gran Sociedad Anónima nacional para acomodar políticos que no llegan a fin de mes por culpa de la inflación con los altos sueldos que se han llevado a sus casa, es CHANCHULLASA, de don Pepiño Blanconero. Ahí se juntan los Pernales del Pp y los Siete Niños de Écija del Psoe a asaltar comisiones con los trabucos del tráfago de influencias. La culpa no es de estos delincuentes sino de quién se deja comprar, y de los carpinteros que construyen las puertas giratorias. CHANCHULLASA ha convocado unas jornadas de convivencia (lo que antes se llamaba ejercicios espirituales) para altos ejecutivos de la Mafia siciliana, que cobrará a precio de master de Oxford. Ya solo me queda por ver que coloquen un ministro marroquí en el gobierno, para el Ministerio de Droga y Humillanza. En la cartera ministerial podría traer el “producto” para que los otros ministros sigan poniéndose, y bailando como cabras.
SÁBADO
No sé como saldrán los resultados contables de las elecciones del domingo. Si yo fuese adivino ni siquiera trabajaría mucho pero, de trabajar, trabajaría en la comisión nacional del mercado de valores, dos o tres horas a la semana tomándome unas cañas con los del Ibex 35. Como no soy adivino no sé los resultados contables pero puedo adelantar los subjetivos y emocionales: a usted y a mí nos van a freír, y los que ganen y pierdan van a vivir de toma pan y moja, todo en un símil culinario que también tiene que ver con la parte de atrás de las personas, ese lugar donde la espalda pierde su nobleza y rectitud y que nadie debería descuidar después de las promesas electorales. Subirá el pan, ténganlo por seguro. Ojalá suba también la minifalda.