¡Ya estoy aquí! En Playa América, que no soy Tarradellas, y a Dios gracias pues estoy vivo y coleando. Lo primero que tengo que decir es que estoy volviendo a leer Crimen y Castigo, porque Dostoievski es mucho como para no volver a él cada cierto tiempo, pero también estoy feliz con otros libros que me traje para estas tres semanas que me pienso meter entre pecho y espalda con el sol como bandera. Especialmente estoy feliz de poder leer ya en formato papel el libro que publicamos a nuestro entrañable Christian y que se titula ” Diario del zalapastrán” y con el que me lo pasaré muy bien dada la lengua que saca a cualquiera el bueno de Christian, comenzando por sí mismo. De las otras lecturas ya hablaré cuando toque, pero prometen, ¡joder si prometen! Esto es lo que nos queda para pasarlo mejor en este tiempo donde ya se pasa bien si a uno le gusta el sol y el mar, como es el caso de este servidor. Lo malo es que la playa querida de Playa América no se cuida lo suficiente, se deja a monte siendo arena y se masifica sin atender al aforo necesario para tratarla bien. Es tanta gente la que viene de día a la playa que ya a primera hora se ven sillas guardando el sitio como si estuviéramos en Benidorm, que es un poco en los que estamos convirtiendo la costa española aunque aquí el negocio no florezca demasiado por usuario de bocadillo y coca cola, que no de restaurantes y bares, que se mantienen a duras penas. Empleo muy poco pero gente mucha, demasiada para mi gusto.
No quería meterme en cuestiones de políticos que no política, como bien diferencia Alfonso Mato, pero es inevitable decir que dejen de una puñetera vez de sonrojarnos por vergüenza ajena, y hoy no me voy a referir a estos impresentables socialistas de la corrupción y la jeta de negarla, sino al piraña Montoro del PP que además es enorme sinvergüenza si nos creemos lo que tenía montado el tío para sacar pasta desde Hacienda cuando fue ministro el capullo; lo que espero es que Núñez y Rueda, después de esta nueva experiencia que nos hacen sentir los populares del gobierno anterior al socialista sanchista, dejen de llevar como respaldo a sus mitines y demás actos propagandísticos al melifluo y responsable presidente de la época de Montoro que no es otro que Rajoy. De una vez desaparezca de nuestra vista política y se dedique al Marca y el Registro que le dará mucha más beneficio que la poca simpatía que nos provoca por su responsabilidad en este nuevo asunto. Mañana hablaremos del gobierno, y de la playa, incluyendo al ínclito Óscar.