Fui al Parlamento, no a parlamentar pues para eso ya tenemos elcercano, fui a la entrega de las medallas de Galicia y, por tanto, asistí a una ceremonia que como espectador me resultó harto curiosa. Será que tenía olvidada ya la corbata y esta forma de vivir tan próxima a la política y al poder en general. Sentadito en mi silla observé como antes del comienzo del acto, mayoritariamente los políticos hacen corrillos entre ellos, se llevan de maravilla, y no es raro, claro, porque todos ellos pertenecen a la misma familia, algunos le llaman casta. Todas las diferencias se salvan cuando el acto es un banquete de formas y, posteriormente, de cóctel. Lo confieso, yo también pretendía algo, lo que pasa es que la pretensión choca a veces con el escenario y mejor es quedarse quieto, como nos dice Pascal. Pretendía, por ejemplo, saludar a la Pontón, que la tenía enfrente, claro que separados por veinte metros por lo menos; pero es que quería aprovechar, soy un puñetero aprovechado, para presentarme e invitarla a elcercano, a una cita cercana de las que hacemos con variopinta gente gallega para pintar nuestro paisanaje actual. Lo haremos de otra manera. También a Alfonso pensaba reclamarle una contestación a la cita que desde hace casi dos meses le tengo pedida, pero claro es tanta la ceremonia y el sentido protocolo que darnos la mano y seguir fue todo uno. Observador, me encantó verme dentro del espectáculo, por cierto bien organizado y con un cóctel que me evitó comer fuera antes de coger el tren de vuelta, de lo surtido y bueno que estaba. Ahí, en ese tiempo de encuentro, cuando estaba charlando con Escotet sobre universidades públicas y privadas que nos ha centrado el presidente del Gobierno (hoy me abstengo de dar opinión al respecto, aunque adelante que es mala, muy mala, malísima como el propio personaje que la dice), se acerca Villares, otro premiado e ilustre intelectual gallego, que tras unos minutos de charla me dice que elcercano está muy bien rodeado de personas con talento; y esto porque ha leído el libro de un antiguo alumno predilecto y hoy amigo que publicamos en elcercano, como es Alfonso Mato, y que recordaba la presentación que le hizo Lamas sobre su libro de Galicia cuando lo presentó en nuestro espacio. Claro que sí, Villares, nuestro talento está en no tener otro que reunir y tratar a personas con tanto que da rabia a algún demás. Por cierto, habrá que traerlo también a una Cita cercana, por méritos propios. La verdad es que un sábado distinto y agradable, pues el viaje en tren hasta Santiago te da para leer tan solo unas cuantas páginas de Misterio y Fe de Fosse, y nada más, pero muy bien.