Willy, hoy hace ya un año que no te vemos. ¡Cómo pasa el tiempo! Cualquier día entrarás por la puerta y nos reencontraremos, aunque tal vez la puerta sea otra diferente a la de esta vida. Mientras tanto, te echamos mucho de menos, estamos algo más vacíos que cuando tú llegabas a elcercano y sin cortarte nada, nunca lo hiciste, reclamabas la atención sin saber si la oración o frase de alguien se había quedado en el alero. Pero no importaba, tú lo merecías, porque también a la inversa podía uno contar contigo, sin previo aviso, sin cortarnos ni un pelo. El pelo, tu cuidado pelo, fijado en el ejercicio físico por una cinta que te distinguía, como la de la fotografía que te hice en San Andrés de Teixido. ¡Qué recuerdos! No podemos estar recordando a cada minuto a las personas que hemos perdido porque nos perderíamos a nosotros mismos sin remedio, pero cuando llega un día señalado, como el de hoy, sí debemos regalarnos esta nostalgia puntual y severa que nos recuerda la suerte de haber pasado grandes ratos del camino de la vida contigo. Siempre contigo, querido amigo.