Lo mejor de una inauguración es la compañía que le brindan al artista sus amigos/as , y a fe cierta que aquí no suspende Inma pues estuvo rodeada de cantidad de ellas (muchos más que ellos). Además vendió una burrada, por lo que mejor que mejor. La pintura es muy bonita, de estas que te pacifican con su ocres, o paisajes abstractos de colores. Por cierto, la pintora no quería hablar, es tímida, pero cuando tuvo que hacerlo se soltó sin problema y sin que nadie advirtiera esa fobia. Vino bueno y pinchos varios, amén de lo que quisieran para refrescar sus gargantas los invitados a esta fiesta de inauguración, cercana, muy cercana. Ni el Real Madrid venció la asistencia. Nos alegramos por Inma.
Expone Inma
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