Lo pasamos bien. Claro que sí. Porque si lo más importante para pasarlo bien es la persona es la persona con quien estamos, con David no hay fallo, es un tipo humano extraordinario, muy generoso y afable; pero si, además, resulta que esta persona es un profesional tan ejemplar que en el periodismos significa lo primero no ser palmero ¡rara avis!, él lo demostró en su paso como Director de El Mundo. Un día completo. Porque comenzamos visitando Oseira, el monasterio, guiados por sus claustros, salas, Iglesia, biblioteca, por el hermano César, un licenciado en Ciencias Políticas que un buen día, cuando tenía tan solo 27 años, decidió que su vida futura estaba retirado del mundanal ruido, en el silencio y los cantos, salmos y otra forma de estar, diferente a la de antes. Con el Hermano recorrimos claustros, Biblioteca, celdas, etc. con una paz tan buena como la sonrisa de la cara del monje. Después de la visita, en una prolongación del monasterio que trajo el pulpo a nuestra tierra fuimos a hincarle el diente al cefalópodo en el Fuchela de Carballiño. Y después a casa, o sea a elcercano, un café entre los amigos, a la espera de la presentación del libro “Días Salvajes”, último libro y novela del periodista. La cita estuvo concurrida y muy interesante porque además de la propia literatura de novela hubo cierta penetración en el mundo del periodismo, por cierto bastante mal considerado por los presentes. No vamos a añadir más porque en los próximos días subiremos el vídeo de la primera media hora donde David ya se explaya lo que quiere. Esperamos que la ilusión nos mantenga interesados en traer más gente de la naturaleza de David, porque es un disfrute y una excusa para seguir. Saludos mil.
Que bueno que viniste, David Jiménez
Comparte esta noticia:
Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email
Imprimir