Desde hoy vivimos en la duda de saber si somos pseudo, o mitad, o Medio de verdad o mentira, o qué carallo somos; seremos adepende de lo que quiera y dictamine el esposo de Begoña, ese que tiene hilo con Dios porque conoce la verdad. Bueno, la verdad verdad va a ser que no sino lo conntrario. ¡Ah!, no sabemos si por nominarlo como esposo tendremos alguna pena, pero es lo que sale de dentro. Y hablando de salidas, vamos a esperar a ver cuántos Medios salen de sus casillas para defender lo que debiera ser su vida, pues mucho nos tememos que algunos prefieran el país tal cual, y entregádose todavía más si es posible, que irse a la quiebra porque no venden ningún papel. Esto de la prensa y medios de comunicación en general ya huele que apesta, pero si encima viene Sánchez y su gobierno, con ínfulas de que no se mueva ni el Tato para que dejen en paz a Begoña de Mil causas, pues a Maduro o Putin nos vamos de colegas de cabeza. Le llaman eufemísticamente medidas de “Regeneración democrática” aquellos que de demócratas tienen lo que mi culo de mona; colocan a todos los suyos, suyos suyos suyos, o sea, que actúan según les mande el puto amo, al frente de todos los Organisos Públicos y desde ahí pasan la rebarbadora a cualquiera que se les enfrente, y además de ser así quieren pasar por ser asá. A la mierda, que diría Umbral, ¡váyanse a la mierda! gobernantes totalitarios. Y recordemos lo básico al respecto: el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas de 1948 establece:
Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.