En esta nueva etapa de elcercano, donde hemos pasado de ser un Café al público -con su zona reservada para el suscriptor- a un club privado donde todo el espacio está dedicado al suscriptor, vamos recuperando actividades que nos reúnen a varios, como es el caso del cine. El pasado viernes, por ejemplo, eramos seis los que en torno a la película Fahenheit 451 pasamos ese tiempo interesante juntos, sin ningún otro propósito que disfrutar de esa combinación particular de compañía y cine. La próxima semana veremos “Radical”, y como quiera que es solo para suscriptores, o sea con carácter absolutamente privado, es por lo que podemos escribir sobre ello sin que nos salten a la chepa los chupócteros que quieren cobrar siempre derechos, que aquí no hay.
El otro día contamos los que somos actualmente, 204 suscriptores, y nos alegramos mucho de mantener el tipo cuando en otros sitios descienden sin parar y tienen que buscar recursos apelando a su papel cultural para que les den subvenciones públicas. Nosotros seguimos pensando que la subvención no nos dejaría ser libres y hacer lo que nos pete, como hacemos ahora cerrando el Café, o como podemos hacer mañana desarrollando una idea nueva, o haciendo la tertulia más independiente que puede reproducirse en Ourense, puesto que a nadie nos debemos y eso es “la leche”. Por supuesto, todo se debe a un espíritu cercano que los que llevan años con él funcionan de manera singular y dan fuerzas donde a veces no las hay. Por ejemplo, esta semana el amigo y cercano desde Madrid, Xan de Vicus, nos ha llamado para anunciarnos que el próximo miércoles, día 16, viene desde Madrid a jugar una partida de mus a elcercano con sus amigos del Morrazo, pues la temporada estival, con sus partidas habituales, este año se vio interrumpida por esas cosas que tienen los cuerpos cuando van cumpliendo bastantes años y te devuelven a tu plaza para que te revisen los médicos que te llevan; esa partida última de la temporada quedó sin jugar y por ello viene Xan desde Madrid y los tres colegas desde el Morrazo para librarla este día en elcercano; después, a las 20:30 uno vuelve a la capital de España y los otros al Atlantico, aprobando la asignatura suspendida este año. Son las cosas que nos inflan por dentro, lo de ser un punto tan importante de encuentros de todo tipo.
Desde el lunes volverán los del Yoga, y así vamos volviendo al camino que para este servidor no tiene precio. Por cierto, ¡qué buena librería hubiera hecho un cercano en nuestro espacio de haberse estirado algo! Pero nos queda un año apasionante, mucho más enfocado a Club, no el del Silencio porque no estamos en París, pero sí como “refugio contra el cambio climático cultural”. Más arte, más literatura, más música, más comunicación, más encuentro, menos apariencia y más verdad, con la gente que valora ésto de la cultura en general, pero no de boquilla o para servirse de ella sino para crecer humanamente un poco más.
Acabo. Hablaba de la películar que vimos el viernes, y me encantó pensar en el mismo pensamiento, o parecido, del hombre libro que da esperanza con el nuevo hombre monástico que dice Lamas sobre la necesidad de darle al coco para conseguir el conocimiento que en tiempos de aún mayor oscuridad se vuelve más y más necesario. Si no monasterio sí refugio no está mal.