Extraño, digo, por no decir sospechoso, pero más por parte de Interior que del artista detenido. Porque detienen al artista y lo llevan a comisaría cual criminal por presunta contratación a inmigrantes irregulares. Irregulares debe ser lo mismo que ilegales, pero no se sabe bien, porque aquí de lo que se trata es de que no nos enteremos demasiado bien de lo que es blanco o es negro y sí de tantos temibles grises, como algunos de antaño, y a ver quien es el chulo de atacar una manera de hacer política u otra sin tenerlo claro. Así, mejor callar, y que nos gobiernen cómodamente los que por una parte son capaces de estar excarcelando a chorizos de “época”, léase magnicidas del delito, y al tiempo persiguiendo a otros como Cano que mediante convenio con la embajada de México tiene becarios de aquel país trabajando en su espectáculo Malinche y le atribuyen explotación criminal, aunque lo que huele a explotar es una nueva policía política contra el rival incómodo que es aquel con gran popularidad y talento artístico que no se ha entregado a los dogmas del artista medio; pero, como decía, mejor callar mientras no nos toquen lo nuestro. El extraño caso es la tinta del calamar que pretende ocultar a Begoña, la presidenta, como le llaman algunos paniaguados del sistema, y tapar sus numerosas papeletas a dejar de ser presunta corrupta, para serlo abiertamente. Esta postura nada beligerante de la sociedad honesta, pero cobarde, hace que crezcan cada día más los abusos e injusticias convirtiendo el campo de batalla política en verdadero fango, y no el fango que se han puesto en la boca tantas ovejitas luceras que balan sin parar lo que les dice el machote carnero, sino el fango del robo a manos llenas y en todas las direcciones. No importa que sea el apartado de inmigración, donde salen los Borja y Feijoos con tal amor al prójimo que por solidaridad hacen lo que sea, aunque ninguno de ellos aloje a un mena en casa ni a la de tres, y mira que tienen medios, o sueldos buenos. La hipocresía de estos dirigentes que viven como dios sin que les toque de refilón el contacto con el inmigrante ilegal les permite sacar su careta de bondad, pero, insisto, para que se haga cargo el Estado, que somos todos, pues así se difumina su incoherencia. Lo de los menas tiene difícil solución y cada día es peor, porque nadie va a la raíz del problema que son los narcos e hijos de puta que se lucran con este comercio. Un menor, por norma, debería poderse devolver con sus padres al país de origen, y si vienen indocumentados, a documentarlos como dios manda y volverlos a llevar a casa, porque un chaval debe estar con la familia hasta que crezca suficientemente para asumir la responsabilidad que sea. Me tocan los colgantes aquellos que dicen vivir en un sinvivir por el sufrimiento ajeno, pero distinguen el ajeno según su ideología y simpatía política, pues si, por ejemplo, es Israel quien ataca a Hamas que se parapeta en ciudadanos palestinos inocentes y caen víctimas, se habla de genocidio, pero si es Rusia quien petardea un Hospital infantil en Kiev y se lleva por delante a veinte víctimas, todos a callar como putas, no vaya a ser que no nos paguen el silencio. Me fastidia lo de Nacho Cano, si no es el delincuente que él mismo dice que no es, porque se venezolea a a pasos agigantados nuestro país, y hay que ser parvos para no darnos cuenta.
- Sección: Noticias
- Publicado el 10 julio 2024
- Por Moncho
El extraño caso de Nacho Cano
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