Pues si, nos lo regala, porque no nos cuesta nada mirarlo al pasar, e incluso por ir a verlo a propósito. No, el caso es que debiera costarnos algo, una parte del presupuesto municipal, por ejemplo, estaría justificado emplearlo en la belleza de las urbes de la ciudad. Porque lo hermoso del arte es que nos hace mejores personas ya que elevan nuestro espíritu, amén de levantar el ánimo. Claro está, estoy refiriéndome a personas que tengan mínima sensibilidad para captar la hermosura, y es que es verdad que hay tarugos de cabeza gacha y placer de paja, a los que ni con mil libros despertaríamos de su coma artístico. Me alegro de que haya habido una empresa que quisiera apostar por este tipo de mecenazgo, enluciendo una pared abandonada de años que, no por estar acostumbrados a la fealdad de pintadas en fachadas y suciedades en muros sin limpiar desde el inicio de su levantamiento dejamos de valorar el enorme cambio. Si tuviera pasta tendría claro que Mon Devane pintaría por encargo mío todos los muros y fachadas feas y sucias que nos castigan la vista; convertiría la ciudad en una gran sala de arte expositivia donde ni sin querer se pudiera obviar el toparse con la hermosura. Pero como no la tengo, agradezco en este caso al patrocinador su apoyo y porque no tengo pensado comprar coche ahora, si no a Hiunday de cabeza.
Opté hoy por la fotografía de maravilloso arte de Mon en lugar de la olorosa imagen de Pons y Bolaños dándose la mano para repartirse el Consejo del Poder Judicial. Cabeza a cabeza, los dos cocinan para el resto sin siquiera hacer amago que pudiera estar representado algun otro partido. Es el bipartidismo que a la hora de mantener el chiringuito se remanga para jugar con los demás y a vivir que son dos días. Lo mismo, vaya, que la empresa del socialista Pepiño Blanco con el populara Alonso, amén del hijo de Pons el negociador trabajando para esta empresa de influencias y negocios que es la verdadera vocación de todos estos políticos que nos han representado y representan. En todo lo que convenga no hay enemigos políticos sino amigos aliados de la pasta pública y el negocio ajeno. Bastante mejor la foto de Mon que la de estos dos.