Pues se acabó. Toca descansar. Pero antes contaros un poco como sucedió la jornada de dos horas y media titulada EPITAFIO como el propio título del libro de Eloy Lozano hoy presentado. Mas de veinte personas pasaron por el micrófono para contar su historia, poema o canción, cada uno de su padre y su madre, entre ellos casi todos completamente desconocidos pero, sin embargo, nadie se movió o alguno en concreto que tenía médico. Lo pasamos muy bien, y esperamos enseñaros próximamente un vídeo editado para que los que no acudisteis podáis curiosear y criticar también, porque ya no importa, el presente ya fue y lo vivido no podremos repetirlo muchas veces más, tan lleno de gran emoción por momentos y de partes humorísticas que nos permite reirnos de nosotros mismos. El recitado marchó como esperábamos, casi al minuto, sin desviarnos, finalizando un pletórico pianista portuqués que nos tiene capturado un sentimiento de afecto y admiración; Joao Grilo se llama. Carlos y Chiruca sin ensayos previos ni conocerse, Vicente, Francisca, Carlos, Ángel, Jaime, Xian, Manolo, Pepe, Jacinto, Javier, Francesca, Sombras, Ángel, y me dejo alguno pero no engraso la memoria a estas horas porque la tensión vivida me pide cama, cerrar ojos y mañana es otro día. Simplemente quiero dejar muestra del momento del entierro de los libros en el jardín cercano.