Nos fuimos a Allariz, este pueblo ourensano que es la envidia de otros muchos, de andaina, porque este año le hacían homenaje al amigo Willy que por primera vez desde la primera no iba a estar porque se nos fue ya hace unos meses. No podíamos faltar porque a pesar de que no necesitamos que nadie nos lo recuerde, sí es verdad que compartir con otros que lo recuerdan todavía más reconforta la ausencia, ese momento triste que aún tenemos cuando en un flash parece que va a entrar por la puerta de elcercano haciéndose notar como sólo él lo hacía y, sin embargo, nadie a la vista. Nos fuimos, pues, en busca del reencuentro que además fué también con esta andaina que hicimos en alguna ocasión porque Willy tiraba mucho y siempre animaba a la participación. Pero el amigo Carlos Abella, que se ve en la fotografía tomar un camino, y este servidor cometieron un error de marcha cogiendo ese camino que sigue Carlos en lugar de otro hacia arriba que indicaba la andaina de 15 kilómetros, así que llegamos como campeones sin serlo, pues habíamos hecho diez en lugar de quince, y como si no la hubiéramos hecho. Pero ni siquiera fue importante el fallo, pues lo que contaba era estar, y abrazar su reproducción, porque nadie se va de todo mientras lo tenemos en la memoria. Mucha gente y magnífico día para caminar.