Allí donde Alfonso Armada dice que tenía sus amigos ricos una pasión desbocada de vivir mientras él con sus libros a vueltas se enteró poco, allá donde un triángulo Vigo, Playa América y Bayona, perdía almas como aviones las Bermudas, allí, allá que nos fuimos hoy a ver qué estragos han causado las lluvias incesantes, porque gota que perfora la roca también perfora el balcón de la playa que causa desperfectos al de abajo y hay que arreglarlo. Además es la gota, gota de salitre que explica como los coches de segunda mano en Vigo valen menos que los de interior, oxidan los hierros que sujetan el chasis y motor. Pero el problema ocupa el tiempo que ocupa y nos deja tiempo para admirar el mar en una de las vistas mas bonitas que se pueden dar en Galicia y el resto del mundo. Majestuosas siempre las Cíes marcando el límite de la ría y enfrente el Morrazo con sus playas míticas saludando. Ahí están estos bravos brazos de mar que se levantan en las olas sobre sus tablas sin importarles el tiempo de espera para coger las mejores posibles. Ni frío ni el gris del cielo que tiene fundido el ánimo de muchos turistas que ver llover detrás de los cristales con frustración y desesperación por la adversidad de su plan. Menos mal que queda la gastronomía, como el bar restaurante que no luce en guías gastronómicas ni por manteles de tela bordada pero que nos da de comer un arroz de mariscos que te chupas los dedos. Después un café en La Genuina, donde están a tope, porque hay aquí unos grandes ventanales para seguir mirando el frío que nos acompaña en un lugar de calor. Un paseo de día y una vuelta a casa sin leer ninguna prensa que en viernes santo no se hace; un descanso, sí, aunque del hermano de Sánchez -otra vez la familia- tenemos noticia, ya se imaginan. Por cierto, y solo de pasada ante la última venezolana de Maduro que apaña las elecciones con tanta desmesura que hasta Lula y Petro, dos aliados del Grupo de Puebla, lo han amonestado. Eso sí, lo apoyan incondicionalmente, Nicaragua, Cuba, China e Irán, y como no, los que no lo condenan, como España, influenciada por el soplagaitas de Zapatero, crecido por el afecto del presidente ¡manda carallo! Mejor volver al agua que cae y que agua que bate, que bate, hasta la piedra horada.
- Sección: Noticias
- Publicado el 31 marzo 2024
- Por Moncho
el mar, la paella y vuelta al hogar
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