Pues no, no se aprobó la nueva ordenanza de terrazas en Ourense, y después de once años seguiremos sin poder competir en la calle con la competencia. Es una injusticia descomunal que los locales de hostelería sean valorados por la Administración municipal por una suerte de reparto de espacio público que acojona cualquier lógica. Porque ya me dirán ustedes por qué se resta espacio público al peatón incluso donde no se debiera por razones de seguridad pública y de paso y, sin embargo, se ponen duros para restarle espacio al coche para uso de terrazas en las plazas de ORA, que ORA PRO NOBIS o ¡manda carallo! Si no fuera porque afecta al negocio, sobre todo si no está ubicado el local en el centro del universo ourensano, ese donde se invierte toda la fiesta, los recursos y el espectáculo aunque a costa del impuesto de los discriminados, si no fuera por este pequeño detalle que cierra negocios hermanos aburre hasta denunciarlo. Aburre la denuncia del no reglamento mínimo como aburren estos politiquillos de tipo Araujo que parecen nacidos únicamente para atarse a un sueldo público por su jeta, su cara, sin verguenza de que los vecinos tengan que currarselo fino para subsistir entre una fauna poblada de ellos. Cuando llegue la nueva ordenanza llegará ya tarde para elcercano, como llegará el grado 3 para la invalidez de Adelina que se solicitó en junio del 2022, o como llegará la medicina a un muerto por ancianidad, y ya sabemos aquello de la justicia tardía, que por ello ya no es justa. Pero qué le vamos a hacer, imbéciles, que diría Chumi Chumez, de que llegaréis tarde cuando lleguéis. Por cierto, recuerdo el día en que Pepe y yo  robamos por unos minutos ese espacio a un coche y cómo se pusieron los vigilantes de la ORA, que si llamamos a la policía, que si este lugar es para los coches, que si no importa que hayan sacado ticket, que si tontos del culo que confundieron con témporas sin enterarse de la ironía ni nada. En fin, que sí, que me aburre el tema pero más me aburren los que lo provocan, a quienes les deseo un “que les den”.