Bueno, ya está, ya ha volado de este mundo, ella, Elisa, una persona grande, bondadosa, generosa, inteligente y familiar como la que más. Ya sé que todas las madres serán igual a ella para cada hijo, y me encanta, porque la pena que deja siempre perder a la persona que te dio el ser se compensa cuando la ves también de igual manera a como veo yo a la madre que me parió. Como en el caso de mi padre, fallecido ya hace 38 años, quizás haya podido estar más a su lado de lo que estuve, pero no hubo día sin falta a mi cita con ella, que es suerte que da el vivir puerta con puerta. Son muchos recuerdos los que podría escribir de este mujer maravillosa, pero hoy me quedo con su mano sobre mi cabeza mesándome el pelo como si fuera niño a tan solo unos días de su partida. Pues nada, que solo puedo agradecerle a la vida que me la haya dado ella, Elisa, porque es mucho lo que he recibido. D.E.P.
Madre
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