Solo tiene 16 años y está en muerte cerebral. Se llama Armita Geravand, quien tuvo un altercado en el metro de Teherán con unos agentes de la moralidad por violar la ley del hiyab impuesta por el régimen de los ayatollad. Ellos, los iraníes, que están detrás de los Hamas y demás fanáticos que han dado un golpe a la paz, reprimen hasta la muerte por tan solo no cumplir el código de vestimenta, y aquí nuestras luchadoras por la igualdad de las féminas y el linchamiento de Israel, callan como algunas putas sus verguenzas. No se ve a las chicas de Nueva York, no las auténticas sino las arrastradas en Falcon por la pandi guay que estan poniéndose las botas con el poder, no se las ve poniendo el grito, ya no en el cielo sino siquiera en el hall de entrada de cualquier edificio ministerial. Se les puede recordar el caso de Mahasa Amini, de tan solo 22 años, también muerta a manos de la policía por causa del velo que se quiso quitar. No, no se quieren enterar de lo de estas dos chicas, y de la represión por las protestas de Amini, que trajo consigo otros 500 muertos y la detención de 22.000 personas, ejecutando a siete manifestantes, uno de ellos en público. La noticia sobre Armita Garavand coincide con la condena a las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi, precisamente por informar sobre Mahsa Amini, a 13 y 12 años de cárcel respectivamente por cooperación con el Gobierno “hostil” de Estados Unidos, y otros dos delitos. Mujeres valientes ¿cuales? ¿las de aquí o las de allí? Vamos anda, que el que no le tenga claro que se vaya a mirar a un doctor porque su cabeza le hace trampas hasta volverle del revés su moral. 16 años y fin, manda carajo.
Muerte cerebral de una adolescente iraní tras altercado con unos agentes de la moralidad
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