No, que nadie se asuste pensando que se ha perdido algo musical importante por no estar en nuestra casa café, no, simplemente el saxofonista nos visitó porque había estado el año pasado tocando el piano que vino a mostrarle al acompañante, Keith Brown, que después lo acompañaría en su concierto El Latino. Debió estar muy bien, como suele pasar también si en el fútbol vas a ver al Real Madrid, por ejemplo, porque las figuras no suelen defraudar, por algo son figuras. Lo que llama la atención son los periodistas rendidos de admiración y empalmados hasta las cachas ante el gran espectáculo, haciendo sentir al resto de músicos que no participan y están a otro nivel muy bueno, pero que no llega al estatus de figura histórica, un poco reducidos de más, entre otras cosas porque los reducen a base de ensalzar sobremanera al Messi del saxofón o Cristiano del trombón. Es curioso que estos periodistas se descuelguen como extraordinarios admirados seguidores del jazz de estos animales del sonido pero ni agua a los músicos brillantes que da nuestra tierra y la vecina hermana Portugal (bueno, a los que no toquen en elcercano). A mi me resulta curioso que no sientan siquiera curiosidad por escuchar a los músicos de jazz que actúan en nuestra ciudad pero no en El Latino para poder juzgar con mas criterio, amén del placer que les pueda proporcionar en un género tan seguido por ello escuchar a gente que toca de miedo. Será por acústica, será por asientos, será por el afable Eduardo, será por la ventanas o las escaleras, será por la cafetera, será, será, ¿por qué será? LO que será, seguro, es que si vuelve Kenny Garret a Ourense para tocar en El Latino o donde quiera que lo pueda traer, seguro que nos rendirá visita, como en esta ocasión de hoy igual que ayer, porque elcercano lo vale.