Mi tía Margarita, viuda del artista Xosé Conde Corbal, cumplió ayer cien años. Y estuvo rodeada de su familia íntima, hijos y nietos. Como decía ella cuando alguno de ellos la llevó al restaurante, antes de entrar, ¡qué lástima, hay mucha gente, vamos a coincidir con una boda! Ni tal boda, todos los de dentro la esperaban a ella. Cuarenta personas que la quieren como ella se merece. Una enorme persona que a Dios gracias está como una rosa, mejor dicho, como una margarita. Que siga cumpliendo mientras la salud y su bienestar la proteja, porque, además del afecto y simpatía que desprende, es historia viva de la vida artística de Galicia. Felicidades, tía.