Siempre resulta una satisfacción enorme completar el aforo de un concierto con días de antelación, por varias razones: una de ellas, la económica, pues dejamos de arriesgar nuestro dinero si no completamos la entrada, ya que aquí, en elcercano, nunca hacemos negocio con la música que se contrata; otra razón, no menor, es ver que acertamos en la elección y hay gente que quiere escuchar y ver a grandes músicos de la escena española del jazz; y en tercera, una más sentimental si cabe, es comprobar que completamos aforo sin que nos apoyen los que en Ourense acostumbran presumir de su escucha de jazz pero siempre en otro lugar, estos entendidos melómanos que no echan una mano a los músicos menos internacionales, quizás, pero lidian con la música de una forma tan profesional que realmente dejan a ese público, no público, como algo “cantantes”. Y es que aburren los comentaristas de las grandes figuras que no se rebajan jamás a ver a otras figuras algo menores. En fin, hay razones para estar satisfechos de que el concierto del viernes lo disfrutemos desde el minuto uno con la gente que ha completado su aforo.
Una satisfacción
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