Claro que pasa el tiempo, y más rápido de lo que parece cuando echamos la vista atrás con ocasión de encontrar una foto en un cajón. Foto en blanco y negro porque a mitad de siglo pasado el color era artículo de lujo, tiempo de grises por mor de postguerra civil que restaña heridas aún abiertas. Lastimosamente, vuelven a abrirlas insensatos vividores en tecnicolor que confunden la vida real con las películas que se montan en las cabezas. La fotografía que me lleva a la reflexión es de mi primera casa, con un letrero -también en blanco y negro- en su fachada que dice Sanatorio Conde Corbal – Huesos y articulaciones. El solar es el que ocupa hoy el Hotel Princess, en la Avenida de la Habana esquina Curros Enriquez. Al ver la fotografía sentí nostalgia de aquel tiempo, entre otras cosas porque en el estaba mi padre, tiempo de infancia sin lujo pero también sin necesidad. En fin, me estoy haciendo mayor…