Los meteorólogos de las televisiones no aciertan ni a la de tres. Menos mal que lo han comprendido ellos mismos, que la realidad miente sus predicciones, y ahora ya alguno dice que la cosa no es exacta y que puede que sí, puede que no, que “adepende”, ya no salen con esa fuerza de hace un tiempo donde montábamos nuestro plan en función de lo que nos dijeran desde la pantalla de televisión. Entre el descrédito ganado a pulso por sus poco certeras predicciones, amén de la competencia de internet donde desde organismos ad hoc del tiempo nos cuentan también milongas, el tiempo de televisión que ocupa este espacio del Tiempo deberían ahorrárselo en su mayor parte al menos, pero claro, el relleno del telediario sería aún más parvulario del que ahora es. Esta acidez de hoy la provoca el que llevamos más de una semana esperando la lluvia anunciada que no cae. En el caso de Ourense podemos pensar en la sierra do Siúdo parando el frente como si fuera trinchera de la primera guerra. También podemos pensar en que los molinos de viento abaniquen el aire con tal fuerza que cambian sus corrientes de dirección y así alejen las nubes de bendición que descargan por la costa y que por aquí ni se las espera. También hay algún físico que explica el efecto negativo de las placas solares que por reflexión de los rayos solares devuelven temperatura a la atmósfera creando nuevo microclimas. La cosa es que ni gota, o unas cuantas que han caído ayer noche y que no llegan ni para mojar las plantas del mundo vegetal ni las plantas de los pies. Esperemos que no tengamos que hacer danzas de la lluvia o rogativas para poder beber y asearnos cada día.
La lluvia. Predicciones meteorológicas
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