Hoy he tenido una llamada telefónica que me ha llevado a tiempos militares, aquel año del golpe de 23 de febrero que me pilló en Barcelona cumpliendo el servicio militar, ¡vaya papeleta salir de escolta en Land Rover por las calles barcelonesas ese día posterior, donde las miradas de los peatones se clavaban en nosotros como si les hiciéramos algo!, pobrecitos de nosotros que no teníamos nada que ver pero vestíamos el mismo uniforme de quienes presuntamente habían querido subvertir el poder. Llamó por la mañana y tras un rato donde me invitaba a adivinar quien era el que me llamaba, al fin me dijo que era el sargento Bravo, del cuartel Numancia 9 donde hice la mili. Habíamos estado juntos, él como profesional del Ejército y este menda en calidad de militar en servicio obligatorio. Hablamos de aquellos tiempos, pero como quiera que yo he matado alguna memoria con algunos vicios pasados la verdad es que no me acuerdo de muchas cosas que apuntaba. Pese a que la mili no fue tan gratificante como para recordarla con demasiado afecto, me alegró saber de aquel sargento y con él volver al año 1981, cuando era joven. No voy a contar batallitas como un abuelo, que sí lo soy, pero si traer una fotografía mía que conservo como cabo I del Ejército español en unas maniobras militares. Lo curioso del tema es la motivación de por qué me buscó, y es que recordaba que en el cuartel donde vivíamos ambos había un soldado modelo de la arruga es bella cuyo anuncio había guardado, y ese soldado era yo. Bueno, pues quedamos de que volveríamos a hablarnos y ya tengo su contacto en Almería. Hacer amigos es maravilloso, tenerlos es menos, y conservarlos un milagro, pero de milagros estamos llenos.
- Sección: Varios
- Publicado el 7 julio 2022
- Por Moncho
Sargento Bravo
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