Pues sí, allí comenzó ya a realizar su mural, invitado por este gran Festival Stretart de Patras. El artista y modelo es producto cien por cien ourensano, lo que a cualquiera de la tierra de uno debe satisfacer, porque, al fin y al cabo, Mon se está convirtiendo en embajador ourensano por el mundo a través de sus acciones. Dentro de unos años, si yo vivo, y con un ciento de obras sobre sus espaldas, pediré para él la medalla de oro de Ourense, la de Diputación o Concello, la de una que nos inventemos en elcercano o cualquier otra institución pública o privada. De momento no, por ahora el orgullo de ver sus obras en grandes festivales o rincones del mundo, sea rural, sea urbano, el orgullo y la satisacción es tan alta que nos conformamos. Esperemos que aquí llegue también la posibilidad que por dos veces le ofrecieron, le pusieron en la boca como caramelo, y que después no fructificó porque Ourense es diferente, sobre todo el Concello.