Un grupo de cercanos nos allegamos al Archivo Histórico Provincial de Ourense ayer. Nos esperaba allí como anfitrión notable de este extraordinario edificio recuperado para este fin desde hace casi nada, su director y gran amigo de elcercano, Pablo Ferro, nieto del aún añorado por algunos Ferro Couselo. Había que visitar esta restauración y recuperación del edificio para empaparse de su belleza pétrea y bibliófila. Realmente resultó un placer pasearse por sus salas, subir sus escaleras imperiales, flotar en el piso que completa la sala donde se exhiben los mejores o más valorados documentos, disfrutar de las vistas que sobre la ciudad con destacado Cimborrio de la Catedral nos ofrece, sentir en el claustro la vida franciscana que dio lugar a su existencia. La verdad es que fue una escasa hora que nos emplazó a la continuación de la visita en próxima ocasión a los cercanos más cercanos de estas cosas en grupo, pequeño y cohesionado por el afecto que nos tenemos. En este ambiente no es difícil comprender que haya surgido interés por hacerlo más a menudo, esto de visitar lo que es digno de aprecio por el sensible moral, y la amiga Eugenia Muñoz ya nos invitó a la visita a Santa Cristina en Xunqueira de Espadañedo, que haremos desde luego en cuanto lo programemos.