Es como si viviéramos en un tiempo oscuro, de muerte, porque son muchos ya los amigos y personas cercanas que se nos están yendo de las manos vida abajo y sin posibilidad siquiera de un último abrazo. Hoy tocó el turno a un hombre joven, vitalista como ninguno, gran amigo de sus amigos, y que esperaba un nuevo tiempo de vida jubiloso en el campo con su Ana. Decir que es injusto es arrogarse este sentimiento como si tuviera algún sentido, pero decir que produce  gran tristeza es aferrarse con lágrimas a la propia vida del que ya falta. Lo sentimos de verdad, porque además de amigo era, sobre todo, una persona buena que estaba siempre bien dispuesta al favor al prójimo. Verlo esta misma mañana contándonos su ingreso desde la habitación sanitaria con la tranquilidad del que está seguro de irse a casa en la misma tarde o al día siguiente, y enterarnos horas después de que no pasó esa prueba diagnóstica para contarla, estremece el ánimo y da pavor.

Jamás olvidaremos a Modesto, pero es que además siempre lo guardaremos como un capítulo de nuestro libro O Noso Camiño, el mismo que él escribió cuando dio testimonio escrito y gráfico de haber sido el primer caminante solitario que hizo “O NOSO CAMIÑO” con el libro de elcercano en la mochila. Cuando volvió de su experiencia, lo hizo además de con su escrito con este regalo de los amuletos de San Andrés de Teixido, enmarcado y dedicado por él mismo, que nos alegró hasta un subidón para seguir trabajando con la idea. Gracias por todo, amigo Modesto Alvarez Fernandez. Que Descanses En Paz.