La verdad es que no pude disfrutarlo como debería pero hay ocasiones, como las de este día en que tras una semana de gripe A, ¡ojo, que te deja baldado! se complicaba de principio de día con la ida hasta Lalín para recoger los libros, pues la huelga de transportes no mueve  ni una caja en estos días, lo que, por otra parte, me parece normal. Comenzar así para seguir montando sillas, luces, proyector, pincho cortesía de Pablo y bebidas en las mesas respectivas y vasos de cristal, micros para que se oiga bien sin forzar el oído como le pasaba a un hombre en primera fila que inevitablemente perdía palabras como si estuviese él mismo recortando el poema. Lo mejor, lleno en la sala, gran interés por la poesía de Pablo, con más amigos de lo que sospechaba, presentación de Manolo Janeiro y del propio autor que gustó al público, y siempre reconfortante reconocimiento público a nuestra labor en elcercano, en este caso de la boca de Pablo que así lo hizo. Y es que la fiebre te deja sensiblón y que alguien reconozca ante un público nuevo que no nos conoce la labor que llevamos a cabo, y no me puedo olvidar de Paloma -también recién pasada la misma gripe- porque despacha ella sola a todos los consumidores que se acercan a la barra; ese esfuerzo que no se ve y que se acumula en el cuerpo del que lo sufre, es lo que en parte no permite que uno se siente como editor en la misma mesa que el presentador y el autor, porque además hay que hacer vídeo, el que subiré pronto a la página para que lo podáis ver todos aquellos que no estuvisteis hoy. Echamos de menos a algunos cercanos próximos a la poesía que no vinieron, pero fue una semana rara para preparar como es debido una presentación tan importante como esta, pues en verdad os digo que es muy buena poesía. Gracias Pablo por tu confianza y sinceridad al reconocer que estamos siempre aquí, de segundo, tercer o cuarto plato cuando se trata de publicar a un amigo que optó primeramente por otra posibilidad mayor; cuando no se consigue, aquí estamos en este rincón ourensano dispuestos y al mismo tiempo dichosos de sacar libros. Nos compensa absolutamente ese reconocimieno agradecido y personal del autor que acude a nosotros para, al fin, ver publicado su libro. Me alegro mucho de la alegría que manifestaba Pablo al final del acto por sentirse tan bien acompañado, y ahora a esperar por el de Lamas que en particular y personalmente le tengo tantas ganas.