Atanes nos lo afinó hoy, como nos hace cada cierto tiempo para que las cuerdas estén tensas en su punto. Es un gasto lógico y natural, de aprecio a los músicos pianistas que nos visitan y al público amigo que se estira pagando una entrada para que la cadena siga viva. Por eso, por este gasto de afinación, por el de mantener el equipo de sonido cambiando lo que se estime, por el gasto del cartel anunciador del concierto pertinente al diseñador gráfico, por el propio trabajo de los músicos profesionales que actúan, y por tantos otros gastos intangibles que gastan energías humanas, la música no puede o debe ser gratis, sobre todo cuando la entrada es pequeña; ya sabemos que alguno lo hace porque su meada llegue a cualquier rincón de su pueblo, pero allá él y su público, flaco favor al valor y aprecio que se le debe a este arte tan inspirador. En elcercano cobramos y si alguno quiere pero no puede tan sólo nos lo tiene que decir que eso ya lo estudiamos aparte, porque somos muy considerados y seguimos valorando la idea de funcionar con algo así que un bono cultural. Atanes vino, afinó y se fué, la música espera bien tensa al próximo viernes, día 25.