No se pueden perder la lectura de hoy de Lázaro Isadán en nuestra sección de “colaboradores” porque toca un problema grave del momento, el papel de las eléctricas y como han dejado de sedientos los cauces de los ríos por sacarles el agua que aprovechan para lucrarse con los precios energéticos; el problema es uno más que este mundo ilógico está empeñado en hacer cada día más grandes para acabar plegando sobre el eje de la tierra y a tomar por saco.
Tenemos la luz por las nubes que de tan alta pronto no nos podrá alumbrar y volveremos a las velas, el gasoil se ha disparado en el justo momento que la gente mass media lo tiene que coger para irse de playa a la costa una semanita y así, de paso, menos mal, paliar el atranco turístico extranjero; pero, quizás el mal más infernal que nos ataca inmisericordemente en este momento son los incendios que dejan la tierra de color ceniza sin asomo de vida para un futuro nada halagüeño. Al respecto de este gravísimo problema que se repite verano sí y verano también, o peor todavía, se repite agravándose cada año por mor del calentamiento del que tanto nos hablan, yo me pregunto si no hay manera de limpiar los montes, prados y demás naturaleza antes de que apriete el dragón que echa fuego; tenemos millones de personas paradas que podrían movilizarse en tareas de cuidado y protección a cambio de salarios que no sean solo subsidios; ganaríamos todos más, sin duda, y volveríamos más lógico este mundo que ha perdido un poco la chaveta de tan entretenido que está (un ejemplo son lo imprescindible que se han vuelto los botellones para una parte de la juventud que ni con el coronavirus prescinden de él, ¡ay, mamá!.