Desde Canarias, afortunada Sabina, sobrina querida, del Celta y de Vigo hasta la médula, pero ya con hijos isleños y su vida en aquella parte, nos envía sus rincones que son exteriores, pues hasta en el vestido se nota ese calor que los saca de sus casas.
Embadurnada de harina, con las manos en la masa… ?? Da gusto pasar tantas horas en la cocina, como hacían nuestras abuelas.
Qué momentos tan divertidos pasamos con los vecinos, esos que ahora están más cerca que nunca
Afortunados por esta terraza y los rayos de sol, donde cafés, lectura, juegos o barbacoas hacen que estos días sean más llevaderos (sabiendo que todos los nuestros, aunque lejos, están bien) ❤